miércoles, 3 de noviembre de 2010

hoy no está siendo una buena mañana

Hoy hablé por la radio; no es la primera vez, ni quizá la más importante. Pudiera ser que no la emitan, seguramente no la emitirán entera y con ello, probablemente, me harán un favor. Fue una entrevista por teléfono que estaba concertada desde el viernes pasado; versó sobre mi obra premiada, la que antecede a esto. He tenido varios días para pensar en qué decir, y lo he dado vueltas, incluso ayer por la tarde estuve repasando una biografía de Isabel la Católica. El pasado viernes, con la fresca impresión de que tenía que que iba a ser entrevistado hoy martes, fui contestándome preguntas en el coche, durante una hora. He soñado esto muchas veces. Creo que es lo que más deseaba, no firmar ejemplares, ni dar conferencias, sino conceder entrevistas.
Pues, seguidores, la entrevista resultó nerviosa. Primero, necesitaba ofrecer la obra de la que íbamos a hablar a los potenciales lectores-escuchantes de Radio Exterior de España. Y en cuanto llegúe al trabajo (que es donde tengo internet) y tuve tiempo, me puse a buscar un blog y a rellenar contraseñas y repetir la transcripción de letras amontonadas. Se acercaba la hora y no tenía donde ofrecerlo. Una vez lo logré -aquí estamos- tardaron en llamar cinco minutos más de lo previsto, me llamaban al fijo del trabajo pero no funcionaba, al final, la entrevista la hicimos desde mi teléfono móvil. No sé qué tal habrá salido el sonido, mis nervios hicieron que me levantara y estuviera paseando por la oficina. Al final olvidé dar esta dirección, pensé que me lo preguntarían. Tengo la impresión de haber hablado mucho, con lo que habré vacilado. He sentido claramente que vacilaba dos veces; cuando lo escuche, si eso alguna vez llega a ser, sentiré una puñalada en cada una de mis vacilaciones. No soy un iluso, no pensé que la entrevista pudiera ser principio de algo, pero, al menos, ha sido el principio de este blog.

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