jueves, 16 de diciembre de 2010

Para seguir dando envidia

En mi vida, no sólo conocí la atención de Silvio. Un día de invierno, en el Teatro Avenida de Ávila, alrededor del año 1990 acudimos a un concierto gratuito de este artista. Éramos 14 personas, él nos contó desde el escenario. Hizo un gesto teatral miró el cheque que tenía en el bolsillo de la camisa y dijo "no me cuadra".
Nos dio su concierto completo, domina la guitarra y los teclados, aunque no había un piano de cola para hacer este alarde que veréis. Haced un esfuerzo por verlo. ¡¡¡es alucinante!!! Siento emplear estas grafías internáuticas pero es que no tengo tiempo de buscar las palabras necesarias para describir lo que vais a ver, es una borrachera de habilidades, un artista total, un esquizofrenco estereofónico, la auténtica rehostia.... (me parece que por mi incapacidad o impaciencia se está precipitando el nivel de este blog)

Pues este tipo tan portentoso estuvo hablando con nosotros 2 minutos. Guardo además del recuerdo, el cartel de la actuación.

http://www.youtube.com/watch?v=K8JjLb9YXfc&feature=related

2 comentarios:

  1. Buenos días desde Colombia. Leí las entradas de su blog referentes a "Segunda Cita" y la actitud de Silvio y respeto su opinión. Me animé a dejar un comentario en este post porque soy admirador del uruguayo Leo Masliah. Una cosa es una cosa y otra es otra, como dicen por ahí. No entendí la relación de este tema-monólogo "El precio de la fama" y la experiencia que nos cuenta en esta entrada. Igual le escribo porque reconozco en Leo Masliah a un genio a la altura, por ejemplo, de mis admirados Les Luthiers. Saludos cordiales

    Carlos Eduardo

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  2. Por ciero, yo también estuve en un concierto de Leo en Bogotá. Ya entedí la relación que hace, igual la respeto pero no la comparto.

    Carlos Eduardo

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