jueves, 13 de septiembre de 2012

El esperanto de Clownic


Barcelona es catalana y española, pero por ser la capital de Cataluña, ha de expresarse mayoritariamente en su lengua propia, y sólo marginalmente en castellano, para no herir susceptibilidades políticas sobre si defiende el catalán como debe o descuida su cometido. Esto se ejecuta al precio de perder gran parte del público castellano parlante que vive en Cataluña, y también las giras por el resto de España, donde no entendemos catalán y tampoco nos interesa promoverlo. Con esta, primero tendencia, actualmente política oficial, los artistas catalanes sólo podían perder público, trabajo, dinero...  Es una injusticia.

Entonces, hace unas décadas, surgieron los visionarios “Tricicle”, que saltaron la barrera con la manera más española (ya que se nos dan tan mal los idiomas) de hacerse entender: el gesto.
 
Tricicle es un grupo barcelonés que triunfó en toda España y singularmente en Madrid, donde hacían temporadas de meses a teatro lleno. Este grupo de cómicos inventaron el esperanto teatral en nuestro país y han creado escuela, (en Salamanca por ejemplo hay al menos dos grupos que hayan venido con un montaje muy profesional por Béjar, -Spasmo Teatro es el mejor-). Habrá muchos más en otros sitios, pero Tricicle tiene unos hijos reconocidos y criados por ellos: son los Clownic, que directamente estudiaron y fueron dirigidos por los Tricicle. Pienso que lo más dificil de un espectáculo como este sin palabras, quizá sea dirigirlo, afinarlo desde el patio de butacas. Como los Clownic comparten el mismo handicap lingüístico que los Tricicle; la necesidad les hace ser, de nuevo, los mejores.
 
 

 



Con ese cartel se les recibe en Béjar, donde nosotros ya les hemos visto otra vez y sabemos que son un valor seguro, también lo saben los programadores de eventos culturales:  que el público llenará la platea aunque sea un jueves, a final de mes, y a 12 euros la entrada. Y se sabe que estaremos expectantes con media sonrisa aprestada en la cara.

 

Y no defraudaron: ingenio, combinación de recursos, excelente dirección, frescura... todo aprovechado al máximo. Muy rítmicos y cada vez más físicos, no es extraño que los veteranos miembros del Tricicle ya buscaran hace años diversificar su arte. Rindieron al público la hora y media la hora y media de risas y la docena de euros de inversión. Además de eso, los Clownic tienen otro gesto, -ya lo tuvieron la vez anterior- de saludar al público a la salida a la realidad con palabras, cual si fueran pastores protestantes, en su caso también bajan de las tablas para devolvernos a la calle sin risas divinas que nos espera fuera, y nos enganchan su semilla de agradecimiento. Sus sinceras gracias por mantenerlos, por hacer rentable su creación, su virtuosismo; por ayudarles a terminar de erguir esa obra, que me dijo uno de ellos -y es verdad- no sería nada sin el público. Los aplausos sustentan su vocación, y los euros extienden su futuro, porque sería una lástima que tanto talento, por unas cosas o por otras, no lo pudiéramos  compartir.

Y quien no los vea, no sabe lo que se pierde.

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