miércoles, 6 de febrero de 2013

La forja de un melómano (2)











No sólo de Beethoven vivía mi melomanía. En aquellos expositores horizontales podía encontrar al mismo precio cintas con grandes obras de la casa Gramusic  y de la casa Trama, distribuida por Marfer, que publicaba en barato grabaciones del sello Vox.

El las cintas Trama descubrí la versión para mí definitivamente mejor de las sonatas para piano de Beethoven, donde un joven Alfred Brendel  donde tocaba la Patética y la Claro de Luna, además d e la nº 12.  Para fueron impresionantes hasta el punto de que de primeras partituras para guitarra que me compré fueron transcripciones del adagio de la Claro de Luna y de la Sonata Patética. Con la primera  sí que pude llegar hasta el final aunque no la dominé,  la segunda era demasiado exigente para mis dedos y no perseveré lo suficiente. El pianista Alfred Brendel sí salía por la radio como un músico bueno, grababa en el sello amarillo y sin duda para nadie, debe estar entre los 50 mejores pianistas del siglo XX.

Ya es más difícil incluir ahí sin discusión a Vlado Perlemuter, de quien conseguí versiones de Chopin: Balada, Berceuse, Scherzo... sin embargo este pianista me hizo gozar mucho más tocando una de las músicas más imprescindibles para un melómano: el quinteto “la trucha” de Schubert. Mi versión definitiva de primer amor fue y será la de el Cuarteto Pascal compuesto por Jacques Dumont, León Pascal a la Viola, Violoncello Robert Salles y  al contrabajo Hans Fryba con Vlado Perlemuter. El Cuarteto Pascal tenía como segundo violín a Maurice Curt, que completaba la cinta tocando una obra póstuma del músico más genial que murió más joven (31 años) un movimiento suelto para cuarteto de cuerda en do menor.

No creo que sea citada por la mayoría de la gente entre los 100 mejores pianistas del siglo (hay tantos) la brasileña Guiomar Novaes, pero para mí su colección completa de valses de Chopin fue la mejor versión para amar a este músico, (también me compré transcripciones para guitarra de algún vals de Chopin, pero tampoco pude con ellas) y a sus valses, creo que por encima de los que se tocan a primeros de año. Que tienen exceso de azúcar para mi diabetes. Me gusta mucho el programa aunque mi parte preferida sea el intermedio, ¡qué orgullosa y qué hermosa es Austria!







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