lunes, 4 de marzo de 2013

La historia impresentable.

No sólo es la inquisición o la guerra civil, con sus asesinatos y destrucciones, no sólo el franquismo con su aplastante hipocresía nacional-católica, no sólo ETA, Roldán o Bárcenas; tenemos un siglo XIX lleno de argumentos de opereta grotesca o de burdo cabaret, (si no hubiera habido tanta sangre con sus guerras carlistas, sus independencias americanas, sus guerras de Marruecos, sus conspiraciones y asesinatos...).

Habiendo habido tanta corrupción en las altas esferas ahora entiendo mejor que surgieran anarquistas, nihilistas con bombas.

Isabel II, la tatarabuela del rey Juan Carlos, gobernaba España con su clítoris: subía y bajaba presidentes y militares según dieran satisfacción a su ninfomanía (1), parece una película porno,  pero es la historia española, de la monarquía borbónica, esa que puede acabar otra vez por los suelos porque se descubre que royeron sus patas el duque empalmado y la “princesa” Corinna. Sabemos poco de los años vigorosos del rey, pero en la prensa francesa alguien ha escrito “le plus toumbeur d’Europe”; parece que llevaba décadas haciendo honor a su primer nombre.

 

Escribo esto mientras en Suiza se decide por referendum que los accionistas de base controlen los sueldos del los altos directivos y que las indemnizaciones por cese que se autoasignan estos personajes desaparezcan, todo porque un pequeño empresario, cuyo nombre no he retenido, empezó a mover firmas de protesta al quedarse sin cobrar lo que le debía una gran empresa que dio en quiebra, mientras el jerifalte responsable se embolsaba una escandalosa indemnización blindada. -Como los banqueros españoles, o el tesorero del PP-. La ventaja que tiene el directivo suizo es que no necesita llevarse el dinero fuera de su país; ya está en el paraíso fiscal del dinero sucio.

Quien sabe: a lo mejor los suizos son –o van a ser- muy exigentes con las inmoralidades propias y guardan toda su práctica hipocresía para recoger y manejar el maloliente dinero ajeno.

 

Pero según la película basada en el libro Graham Grenne “El Tercer Hombre” Suiza no tiene una historia apasionante como la italiana de los Médici y los Borgia. Por eso dicen en la película sólo se ha inventado el reloj de cuco. Los serios suizos no pueden mostrar un tejemaneje internacional como el que se trabó para casar a Isabel II:

 

(...) como siempre ocurre en estas circunstancias acabó triunfando el candidato que menos peligro ofrecía a todos, Francisco de Asís, primo de la reina.

Podía haber sido el freno sexual y político de una reina, llena de fervor en ambos sentidos, y fracasó. <<Levaba más encajes su camisa que la mía>> cuentan que dijo Isabel II tras la noche nupcial. La voz popular recoge y amplía enseguida los aires que se oyen en la corte.

Paquito Natillas

Es de pasta flora

Y orina en cuclillas

Como una señora.

 

 

FERNANDO DÍAZ-PLAJA  Otra historia de España. Plaza y Janés 1972

 

 

 

(1)   Fernando Díaz Plaja escribió  pero sufriendo además de una femineidad acusada, que no ocultará a la hora de ascender generales y recompensar a cortesanos.

 

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