domingo, 28 de abril de 2013

BUENA NUEVA


¡BUENA NUEVA!

 

Fue en 2012. Recuerdo que era jueves por la mañana, sobre las once. Sonó el teléfono, y, descolgado, mi nombre en interrogación.

-Si, soy yo.

-Le  hablo desde la Gerencia del Ministerio de Justicia en Valladolid, por la bolsa de trabajo, ha salido una plaza en el  Juzgado nº... de Salamanca. ¿acepta?

 

Por supuesto que acepté. He recibido esta llamada 6 ó 7 veces en mi vida, casi siempre ha sido una sorpresa, pero aquel día, si cabe (por todo el desempleo que nos rodea), mucho más.

Necesitaba un certificado médico, una declaración jurada, la tarjeta del paro, y un aparato de fax para enviar todo esto en cuanto lo consiguiera... lo conseguí en 20 horas, mi médica me hizo el certificado al final de la mañana y, al día siguiente, puse el fax.

Llamé a Valladolid para confirmar si había llegado todo y me dijeron que sí, que estaba correcto.

Como otras veces, esperaba la llamada de que ya podía incorporarme a ese gozoso, inverosímil, trabajo.

Lo conté, claro que lo conté: hay mucha gente que me desea el bien y todos estaban ansiosos por refrendarlo, y yo también porque estuvieran felices de mi felicidad.

 

La cosa no empezó bien. La llamada que recibí el lunes me inquiría que por qué no me había incorporado esa mañana al trabajo. Sucede que yo estaba esperando a que me dijeran cuándo, como otras veces. Nunca ha sido tan rápido. Me dijeron que llamara inmediatamente al Juzgado.

Entonces oí por primera vez aquella voz. Era la que iba a ser mi jefa, que ya empezaba a ejercer como tal, con exigencias improcedentes, apremios, advertencias, alaridos: Huy Huy, Huy, ¡Madre Mía! ¡Mae Mía! ¿pero cómo sin experiencia se te ocurre aceptar este trabajo?

Yo soy licenciado en derecho, tengo experiencia en muchos campos jurídicos, la tenía en Derecho Civil, pero viene de antes de la reforma de la ley de enjuiciamiento del año 2000,

-¿Y el programa “Minerva”?

-No, yo entonces trabajaba con el programa “Libra”. Pero, bueno..., todavía sé aprender cosas.

-Huy, Huy, Huy, ¡Madre mía! ¡Mae Mía! El día 5 de noviembre tenemos una inspección del Consejo (General del Poder Judicial) No sé qué va a pasar. Tienes que trabajar mucho, tienes que echar tardes, hay que sacar el trabajo. No sé como has tenido la irresponsabilidad de aceptarlo.

-¡Bueno! ¡Bueno! mañana iré a primera hora.

 

 

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