lunes, 1 de julio de 2013

FIESTAS ARTIFICIALES.

El pasado fin de semana equinoccial del 22 de junio pudimos asistir a dos mercadillos callejeros. En Béjar había uno “medieval”: tipo de evento del que ya hemos visto en nuestra vida decenas de versiones en varias ciudades y pueblos. Los vendedores hacen poco más que ponerse un turbante, un casco, un peto con una cruz; algo que suene  cristiano, moro o judío “medieval”, y con ese reclamo tratan de vender sus artesanías y productos autóctonos, aunque hay mucho de lo que se ofrece que no es. La crisis hace que se perciba ahora una voracidad desesperada por vender, lo que acentúa  la divergencia con la escasez de euros interesados en comprar  de los bolsillos del público.
 

En el hermoso pueblo de Miranda del Castañar hicieron una “fiesta de la biosfera” con un amplio programa de actos y otro mercado de productos autóctonos con el mencionado atrezzo, para envolver nuestros escépticos espíritus compradores en supuestos sabores o artesanías medievales. Observé la misma ausencia de éxito mercantil.


 
La “fiesta de la biosfera” incumplió las expectativas de los organizadores en otro acto. Aquí veis muestras del estrepitoso fracaso de la comida popular a 5,50 € la ración de paella, sangría, pan  y postre. Me escandaliza ver tirar la comida. Debe escandalizarnos a todos. No menos de cuatrocientas raciones de arroz con sus langostinos, guisantes y pollo, fueron recogidas, -bastante indecentemente como se ve-, con palas, para ser cargadas en bolsas de plástico azul que irían –espero- a alguna granja de cerdos o similar.
A veces España es así de catastrófica con la planificación, (nuestra supercrisis actual se puede resumir en que tenemos construidas millones de viviendas vacías y sin pagar) y mientras muchos empiezan a pasar hambre, hay fiestas de pueblo en que  se sigue tirando  comida “a espuertas”.






Da rabia y también pena. Menos mal que acertaron con Mayalde.

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