viernes, 9 de agosto de 2013

Nagasaki: la infamia de los segundones.

Hoy, 9 de agosto de 2013, se cumplen 68 años de esta masacre. Pero los recuerdos de repulsa y condolencias, salvo para los de aquella ciudad, se los lleva la primicia de Hiroshima: la primicia es la primicia, Hiroshima era una ciudad mayor, los muertos fueron muchos más, (300.000 frente a 140.000). La primera bomba, de uranio, también fue más cara, y eso tiene más caché, pero a los de Nagasaki los arrasaron con otra, parece que más económica, de plutonio.
Además Hiroshima ha generado grandes películas: Hiroshima mon amour de Alain Reisnais, Lluvia Negra de Shohei Imamura y Rapsodia en agosto de Kurosawa, entre otras; también, una canción discotequera que bailábamos en los años 80, llamada Enola Gay, que era el nombre dado al bombardero que la arrojó.
El nombre del avión segundón que arrojó la bomba de Nagasaki, sólo está al alcance de los más avezados crucigrameros, y quizá también de la élite de los mejores competidores de los concursos televisivos de cultura general. Yo lo acabo de buscar y os informo que el nombre es Bockscar, por si a alguno de vosotros le preguntan.
Nagasaki, para mí, se lleva la palma, por su gratuidad, como la peor masacre instantánea de la historia universal; “no tiene un pase”. Un pase puede ser un papel que permite entrar a un sitio que no es de acceso libre, normalmente un espectáculo. Pero creo que en España se usa más con una connotación taurina: toreros como somos, para nosotros un toro no tiene un pase cuando no embiste en la plaza, es manso, está ciego o tiene algún defecto por el que no sigue al capote; es un inútil.  Dentro de la "lógica", (no me gustan mucho las comillas, pero tampoco es lógico llamar lógica a la idem de la guerra) tiene un pase lo de Hiroshima. Sería demostrar al enemigo que se tienen armas desproporcionadamente destructivas e indiscriminadas y que se alberga la voluntad y de usarlas: intimidados por la barbarie se rendirían.
Eso lo hubieran entendido, en unos pocos días, hasta los empecinados samurais japoneses, al parecer, resueltos a resistir la invasión de su país hasta el último hombre  matando a todos los estadounidenses que pudieran. Pero en las 24 horas de estupor y confusión, los americanos les propinaron este segundo golpe.

¿Y por qué, si cualquiera puede entender que estaban a punto de rendirse, asesinar a 140.000 personas más?.
Parece que la tesis dominante defiende que "era un gesto": mandarles el mensaje a los rusos de que Estados Unidos tenía preparadas más bombas, incluso de diferentes clases. Esto entra dentro del despiadado poker que jugaban las superpotencias para quedarse con sus zonas de influencia tras la II guerra mundial.  Otra tesis defiende que era para "probar" la bomba de plutonio, ya que estaba hecha, pagada, y preparada ¿por qué desperdiciarla sin masacrar?
Voy a descartar -y no sé por qué lo hago- la venganza por la venganza, es decir, por devolver más daño al enemigo. (A este respecto se suele aludir que el bombardeo con bombas de fósforo de Dresde que realizaron los aliados al final de la guerra -se trataba de una ciudad histórica muy bella, sin industria relevante-, escapaba a la “lógica de la guerra”. Se apunta a que fue la simple venganza por las destrucciones culturales que sufrió Londres en los primeros años de la contienda).
Sea cual fuere la causa de la destrucción de Nagasaki, yo creo que no tiene un pase y, como humanidad, debemos recordárnoslo hoy también. 

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