martes, 30 de diciembre de 2014

El año de Facebook

Yo nunca he sido de celebrar mi cumpleaños. Mi santo tampoco, San Juan de la Cruz, que coincide con la fecha de la huelga general mas importante que hubo en toda la historia de España: el 14- D. Suelo decir que a final de año, ahora mismo, es mi cumpleaños. Aquí, seguramente estimulado por las fechas (en las radios televisiones y periódicos suelen hacer balances), hago yo el mío y cumplo años el 31 de diciembre.
Además, me suelo apuntar uno de más, como hacían los romanos.
Este, que iba a ser el año del huerto, ha sido, más todavía, el año del Facebook. Siempre desprecié esta concepción/montaje de los amigos digitales, incluso escribí aquí bastante contra sus pompas y vanidades. No retiro ni una palabra de lo escrito, pero reconozco que me ha dado mucho juego. Quiero creer que yo me he aprovechado de ellos, -mi argumento es que no he admitido un solo amigo más-, pero me tienen calificado como alguien de alta actividad: lo soy. Y debiera dejar de serlo, porque me he embarcado en cuatro proyectos a lo largo de este año y han sido un éxito para mí (y para la empresa de Mark Zukerberg  también, estoy seguro) aunque me han robado mucho tiempo del que necesito para hacer otras cosas.
Empecé tendiendo una red para pescar fotos antiguas de mi pueblo. Éxito rotundo: mando, influencia, liderazgo..., y 600 fotos que no tenía, pero también conflictos varios, heridas, hasta algunas noches de insomnio. Pero el balance es muy positivo, a pesar de las sorprendentes susceptibilidades que me saltaron al camino, como sapos inoportunos. También nuevas amistades. Todo es aprehender, hasta el facebook.
Ahora estoy muy feliz con la página "por las nubes" esa que me independiza de mi pueblo y de cualquier convicción, y me hace universal.
 Encuentro una comunión de sensibilidad en muchas personas que remiten sus fotos desde diversos lugares del mundo. Siento que ahora todos los participantes miramos al cielo de otra manera, afanandónos en encontrarle los tesoros para compartirlos. No es que sea una idea meritoria, pero tiene el genio de las cosas sencillas que alguien dejó de inventar, para que lo hiciera yo. Es algo primario, anterior a todo lenguaje articulado: volúmenes, colores, luces, flotando puras o enmarcadas en lo telúrico o en lo artificialmente plantado por el hombre, que nunca es protagonista. Las nubes no tienen precio, ni quizá tampoco valor, ni siquiera tienen razón; son algo previo a estos conceptos humanos, seguramente un juego o un prejuego, probablemente se nos prendió en nuestra condición de animalillos nacientes que, ignorantes de todo, flotábamos en el líquido amniótico.
La lástima es que las fotos no llenen toda  la pantalla. Hay márgenes para la sociedad, para que otros -Zukerberg-  hagan negocio alrededor de esta idea universal y celeste. Al final, aunque no nos demos cuenta, pagamos precio por todo.

lunes, 22 de diciembre de 2014

No recuerdo bien si Hall ganaba en la desasosegante película...


2001 “Una odisea en el espacio” del genial director Stanley Kubrik, (se pronunciaba Jal pero no sé como se escribirá en inglés, y me refiero, para quien no la haya visto, al nombre de un ordenador que se rebela contra los astronautas) el caso es que debiéramos estar remojando nuestras barbas ahora. También lo decía en una canción Miguel Ríos que “esta es ala era de mister Chip, que te quita el curro, además de meterte en fichas sin fin”.


Son miles de detalles, pero hoy me he fijado en uno, iba a entrar a una tienda a preguntar el precio de algo y me he dicho: no, mejor lo miro por internet.
Ordenadores ;1 Humanos 0
Parece que me creo que es más fácil decir: "no me interesa, no me compensa, me parece caro...", a un ordenador que a una persona. Pero tampoco es así, hace un mes estuve interesado en una motosierra, y busqué esa información: Cada vez que entro en internet me sale una oferta de un aparato de esos.
  
2.- Estoy criando un huerto y tengo que decir que los hortelanos somos como los padres de recién nacidos: siempre tenemos algo apasionante de qué hablar; comentar solamente del tiempo con un hortelano tiene pleno sentido; no es la típica conversación banal. Pues bien, gracias a los “tutoriales” de internet yo hablo y solicito muchos menos consejos de mis vecinos reales, de los que hubiera debido. La cantidad de nuestra relación humana se va a reducir tanto que va a resentirse la calidad, esos veteranos que me rodean y que querrían transmitirme los consejos – cerrando su ciclo, cediendo el testigo - que a ellos les dieron otros hortelanos, y las mejoras que han aplicado, van a padecer una frustración sólo comparable a la que sienten los abuelos que ya no pueden contar sus historias a sus nietos, que no tienen más que ojos y oídos para lo que sale de las pantallitas.

3.-Estamos matando al intermediario en una ¿próspera? sociedad de servicios como la que  teníamos se ha asentado un instrumento, ¿virus?, que casi elimina las dudas. Terminará por no ir nadie a una tienda a que le enseñen varios productos y su manejo para evitar el contacto humano. Esto ya habíamos empezado a hacerlo en los supermercados y macrotiendas, y que no nos expliquen, que no nos vean como torpes, nos lo estudiaremos todo por tutoriales. Supongo que ya habrá muertos y heridos por  fe en los tutoriales.

Hace poco llegó a entrar en nuestra casa un comercial de una compañía de gas y salió de ella muy violento, además sin hacer negocio. Cuando él creía que nos había convencido y rellenaba los documentos sobre la mesa de nuestro comedor, mi mujer le dijo que ya nos lo miraríamos más despacio por internet y lo contrataríamos: es la primera vez que echo a alguien de mi casa, y faltó poco para que le empujara.


4.-Pienso ahora en las conversaciones que he tenido como adolescente, tratando de aprender sobre el sexo y la iniciación: experiencias, conocimientos (y jactancia)  que compartía el más avezado que conseguía llevarse por primera vez a una chica, con sus amigos: las palabras, los gestos, los roces, el descubrimiento, los trucos, nosotros queríamos comprender el misterio, aunque tuviera que ser reconociendo nuestra bisoñez, nuestra inferioridad, sometiendo a una entrevista, abonando y aguantando la petulancia victoriosa del triunfador. ¿Se hará hoy así?

viernes, 19 de diciembre de 2014

Cuba va

Es una canción más panfletaria, rockera  y de mala calidad de Silvio Rodríguez. es tan impropia que él hace mucho que no la canta y nadie la echa de menos.

Yo soy de “la gusanera”, me lo escribió Silvio en su blog y entonces, me di cuenta que efectivamente, lo era: o quizá lo fui desde entonces. La gusanera son los que no aprueban, los que critican al régimen cubano, a la dictadura cubana, que, es dictadura igual que la de Franco, aunque realiza elecciones orgánicas entre los miembros del régimen porque queda muy bien eso de las urnas para presumir. Nuestro admirado Silvio ha sido o es diputado de esa "democracia" orgánica.

La apertura por parte del presidente de Estados Unidos y el hermano de Fidel Castro para establecer relaciones diplomáticas e intecambiar presos, sólo puede ser beneficiosa para los cubanos de uno y otro lado, que son todos familia. Es clara evidencia de que la política de la guerra fría no tiene ningún sentido en el siglo XXI. Cuando en el siglo XVII se firmó entre España y Francia la "Paz de los Pirineos", aunque alguien lo dijo, no fue como si los Pirineos hubieran desaparecido, pero parece que se reconvirtieron en montañas lo que antes eran murallas; lo mismo debe suceder en los 35 kilómetros de agua que hay en el estrecho de la Forida.

Cuba es un país pequeño y  tercermundista que ha tenido gran relevancia como un peón de ajedrez bien defendido pasado al campo contrario. Un país comunista en América, subvencionado y protegido por la URSS:  el único y el  inspirador y mantenedor “moral” (nunca pudo serlo económico) de muchos movimientos de “liberación” "guerrilleros" o terroristas, andaban por allí algunos de la ETA.

Nadie que haya ido a Cuba ha podido negar que es un régimen policial, que la pobreza y la corrupción campan por las calles, que la dignidad de los cubanos de a pie se ofrece bajo cuerda, con insistente solicitud, por unos pocos dólares o euros, haciendo sentir al portador de estas divisas una aplastante superioridad, (más impropia todavía, en un país que pregona la igualdad). Pero, eso sí, los simpatizantes que fueron a refrendar sus ideas previas del régimen siempre salían diciendo que es por el “bloqueo” y que, de todos modos, peor se vive en Guatemala o el Salvador. Tienen razón en esto último, pero en Cuba siempre se vivió mejor que en Guatemala o el Salvador. ¿Por qué no se atrevían a comparar  con Costa Rica o Panamá? 

El régimen cubano tendrá sus luces, no hay mendicidad, en la sanidad y  la educación son más democráticos, comparativamente mejores que otros países menos pobres, pero tiene muchas sombras:
Es el único país tercermundista que se permitió mandar un ejercito expedicionario a otro continente: record histórico. 
Porcentualmente no sé si habrá otro que tenga mayor número de exiliados, políticos o económicos.

Sobre el reparto de la pobreza (que no riqueza) nacional, supongo que también hay una proporción dedicada a los gastos militares superior a lo razonable. Será culpa del "bloqueo". Ahora pueden dedicar estos recursos a otras cosas. 
Se alivia la tensión y se levanta el indeseable embargo comercial, correrá más aire nuevo, pienso que desde que entró el hermano pequeño ya empezaron. Pero después de ayer es fácil que el traje institucional de la revolución le quede cada vez más estrecho a los cubanos que permanecen en su isla. Esperemos que vayan cambiando las cosas sin que salten las costuras ni se corte la circulación de la sangre. A ver si de una vez empieza a ser verdad eso de Cuba va. 

martes, 16 de diciembre de 2014

La vuelta del calcetín

A la inmensa Barcelona
capital de Cataluña
la hemos "echao" la uña
aunque es tan fanfarrona (...)

Este fragmento de una décima, que es el género de composición poética que se usa en  San Esteban del Valle para loar a su santo local, fue recitado en febrero de 1939  por su compositor: un empresario chocolatero llamado Esteban Navarro, con motivo de la fiesta del "Vitor" a San Pedro Bautista. Hacía poco que había llegado a San Esteban la noticia de la toma de Barcelona por los nacionales.
Entonces todo era cruzada, y hasta las loas a los santos se politizaban, se llenaban de pólvora. Hay una ironía hacia el "enemigo catalán", pero seguramente también el sentimiento positivo de que se vislumbra el final de la guerra, la ansiada vuelta de los barranqueños movilizados, y en general,  el cese de la sangría de recursos destinada a quemarse, sin beneficio alguno, (al contrario, produciendo más perjuicios) en el esfuerzo bélico.

Esteban Navarro, con el inminente final de la guerra, también quería recuperar su automóvil: un Chevrolet, que costó 6.000 pesetas y que le había sido incautado en el "agosto rojo" que sufrió el Barranco de las Cinco Villas de Ávila. El autor de la chanza que encabeza este artículo no sabía que su coche estaba precisamente en Barcelona (más tarde se lo notificaron) pero, tan mal parado, que no mereció la pena ir a por él.

Estoy leyendo este libro que narra, entre otros hechos históricos, la toma de Barcelona. Lo he "visionado" con mi mente cinematográfica. Por supuesto, -la he vuelto a ver hace poco- el libro me ha recordado a la película "El Hundimiento", Der Untegang del director Oliver Hirschibiegel. La cinta narra los últimos momentos de la camarilla del búnker de Hitler en Berlín, entreverado con personajes anónimos que sufren la derrota y la invasión rusa en esa ciudad.  Barcelona en enero de 1939 fue, para los republicanos, un sálvese quien pueda  y un el último que apague la luz (1) de lo más descarado y unos militares iban delegando en otros la autoridad de articular la defensa; pero todos, militares y civiles pensaban en cómo escapar, o como quedarse sin meter la guerra directamente en casa. Afortunadamente en 1939 la desmoralización de los militares y civiles republicanos era tan real como realista y no se produjo el mismo choque que en el Madrid de 1936  que se erigió en campo de batalla con muchos muertos y destrozos materiales bajo la consigna de "no pasarán".
Mejor así, los muertos y heridos son todos iguales, pero la arquitectura de Barcelona es mucho más hermosa que la madrileña.
Siguiendo con la ampliación literario-cinematográfica: uno se imagina en ese momento la lujosa ciudad ocupada por refugiados y heridos de toda la España republicana, -tengo documentación que acredita que hay gente del Valle de las 5 Villas de Ávila-,  y también barceloneses a quienes bombardearon su hogar, todos realojados en las maravillosas casas burguesas del ensanche, que habían abandonado las gentes que huyeron después del 18 de julio de 1936 por miedo o por convicciones "sublevadas"(2). Aunque peor les fue a algunos dueños de estas casas a quienes, un tropel de anarquistas, directamente, fusilaron.
Barcelona en enero de 1939 iba a ser tomada por el ejército nacional con ánimo de revancha, eso debían temer todos y más los muchos que habían actuado o se habían dejado ver como "rojos" o como independentistas.
Quizá algunos todavía quisieran retroceder para luchar en otro lugar, pero eran los menos: hay veces que saldrá mejor reconocer la derrota, rendirse y quedar a merced de la clemencia del enemigo que, al ser un humano, quizá ofrezca más oportunidad de sobrevivir que intentado parar o contrarrestar balas o metralla, siempre ciegamente belicosas.
Mi abuelo, republicano en el alma pero no de su obligado uniforme nacional, vivió la toma de Barcelona con más pena que otra cosa: presenció tales destrozos, abusos, saqueos de muebles, de puertas para hacer leña, que siempre repetía  a sus hijos "pase lo que pase, nunca abandonéis vuestra casa".

Había mucho drama, también cálculo de probabilidades, mucha vacilación, siempre sufrimiento: eso da mucho juego cinematográfico, muchos tipos de personajes en una situación límite, lo cierto es que la guerra civil tiene todavía pocas películas para la cantidad de sentimientos que puede recoger. Y a mí me gustaría escribir y rodar esta película.


(1) tuve escrito "marica el último" pero no estaba bien.

(2)Me sorprendió mucho que entre ellos estuviera el compositor Xavier Montsalvatge que se pasó a luchar con el bando franquista. Pero lo hizo mucha más gente, hay una división entera de catalanes en el Ejército Nacional que se llamó el Tercio de Montserrat.

lunes, 8 de diciembre de 2014

“El bosque animado”: sensibilidad sobre carnes vivas.


Los españoles conocemos “El bosque animado” como la película dirigida por José Luis Cuerda sobre el guión  de Rafael Azcona, adobada con un elenco de actores en sazón para los personajes que les fueron asignados: Alfredo Landa, Tito Valverde, Manuel Aleixandre, Miguel Rellán, Fernando Fernán Gómez, Luis Ciges... que recrearon una obra graciosa, amable y muy humana. Es una de las grandes películas del cine español de todos los tiempos.

Pero la película no es fiel a la novela de Wenceslao Fernández Flórez, y no sólo – pasa en muchos casos- porque no la abarque: el bosque animado contiene además una película de Disney, con animales humanizados que hablan, y lluvia y vegetación también animada, además de una serie de cuentos interiores ejemplares, (como esos que surgen en el Quijote, para entendernos).
Pero no es porque no la abarque. Aclararé por qué la película no es fiel: no sería comercial poner tanta amargura como hay en el libro. Existe una pincelada bien amarga, la imprudente muerte de una niña, que por el pavor que le inspira su ama,  se tira del tren en marcha. Pero no logra empañar el tono de la comedia, cosa que la novela “El Bosque Animado” de Wenceslao Fernández Flórez creo que no es.

En el estudio previo del libro se contiene la confesión del autor más nihilista:
Amigo mío, voy a contarte una gran verdad. La única gran verdad. Óyela: Dios no sabe que existimos. Dios ha hecho este diminuto planeta y muchísimos planetas más, y el sol, y muchísimos soles más. (...) Pues bien: en uno de esos mundos perdidos en el espacio sin principio ni fin, hemos aparecido nosotros como una contingencia, como una microscópica e inapreciable contingencia. Como aparecen en el queso los gusanos. Es posible que el gusano crea que el que fabricó el queso lo creó a él y le asignó un destino, y lo vigila preocupadamente. Pero nosotros sabemos que no es así. Sería muy agradable, sin duda alguna, tener una misión. Esto realzaría nuestra importancia, y, sobre todo, nos libraría del aburrimiento. La vida, amigo mío, se columpia entre el dolor y el tedio, un tedio grumoso y pegadizo que hay en el fondo de todas las almas. Sobre ser aburrida, es injusta y es cruel, desquiciada y sin meta.

La obra, a pesar de estar imbuida por esta filosofía, contiene ocasionalmente mucho y buen sentido del humor, -como otra suya “El Malvado Carabel”, que ya comenté hace un par de años-, pero es como el humor que acompaña a nuestras vidas: podemos disfrutarlo cuando somos felices y no nos bombardean las tragedias, las muertes inesperadas o el doloroso declive de la salud, que es como acabamos todos. Al final los muertos no se ríen de sí mismos, y nadie se ríe de los muertos. Nadie se reiría con/de Groucho Marx en su agonía. Este libro narra más agonías y esperanzas incumplidas que otra cosa, por eso es más trágico que cómico.



Pero Wenceslao, a pesar de que manifiesta que Dios no puede vigilar a sus más ínfimas criaturas,  demuestra que sí se puede.

Había una nube color de topo apoyada en el monte Xalo, una nube pesada y desmedida que abrumaba el horizonte y vino el viento sur, afirmó los pies en el valle y se la echó a los hombros como un mozo puede cargar un saco de trigo colocado en un poyo. Pesaba tanto la nube que en la tierra se sentía el aliento tibio y húmedo del viento que jadeaba ráfagas. Quería llevarla hasta el mar, aún lejano; pero al pasar por Cecebre los pinos que hay en las alturas de Quintán rasgaron loa cenicienta envoltura y todos los granos de agua cayeron, apretados, sucesivos, inagotables, sobre la verde y quebrada extensión del suelo.
Llovió tanto que parecía mentira que restase aire para respirar en el espacio lleno de hilos líquidos  y de partículas acuosas que iban y venían, flotando, con aspecto de diminutos seres vivos, como si aquel mar tuviese también su plancton. El viento, quizá sorprendido por su fracaso o afligido por su torpeza se había quedado quieto, quieto, talla criada que rompió la pecera y encharcó la alfombra. Y en varios días nada se movió bajo la lluvia: ni hojas ni pájaros ni hombres. En los establos penumbrosos los bueyes fumaban sus propio aliento, y en el balcón tachado del cura, el gato –con la cola pegada al costado izquierdo, como una espada- , sentado sobre su vientre, miraba con ojos de chino una hora y otra hora, entre los barrotes pintados de azul, cómo caían tubitos de cristal desde las tejas, adormecido en romanticismo.
Entonces la tierra se puso a trabajar, según su vieja sabiduría, para no anegarse; porque a la tierra le dura aún el terror del Diluvio y por eso emana de ella no sé qué de expectación solemne y de angustias que nos penetra imprecisamente cuando la flagelan los chubascos. ¿Dónde meter, Señor, tanta agua? ¿Qué hacer con ella? Y primero la escondió en los sembrados esponjosos y bajo la hierba de los prados, y luego hizo barro del polvo de los caminos, y como aún caía más, todo se dedicó a ayudarla: las plantas bebieron hasta engordar; las corredoiras aviniéronse a convertirse en cauce; los arroyuelos que bajan hasta el río, olvidados entre herbazales, se dieron una prisa ruidosa en llevar y verter su hinchada corriente; cada planicie arada se hizo cartel de escudo, a barras alternadas de plata y ocre, y como escudos de metal abandonados nacieron aquí y allá charcos inmóviles.
En la fraga trabajaron también; los musgos se ensancharon; las piedrecitas de cuarzo de los senderillos dieron toda la tierra que adhirieran y se quedaron blancas y delatadas; cada hoja cargó todas las gotas que pudo soportar y las sostuvo en lo alto, y esos enanitos de gorros de colores que son los hongos, que tienen sangre de agua porque son hijos de la lluvia, nacieron a centenares, bruscos como un milagro, maliciosos y burlones (...)

PD He copiado mucho, pero lo suyo es copiar el libro, que todo él raya a esta altura.

jueves, 4 de diciembre de 2014

Fernando Martín y la televisión de antes.

Yo dejé de fumar un día después de la trágica muerte de Fernando Martín. Siempre he dicho que no tenía nada que ver con ello. Fue así: se lo declaré a mi novia en el portal de casa de sus padres y desde entonces permanecí con el mechero metido en  paquete de Ducados que tenía un par de cigarros,  y  ambos, en el bolsillo de mi camisa. Varias semanas. Lo había intentado otras veces pero, como esta iba a ser la definitiva, sufrí; sentí como que se me derretía el cielo del paladar. Tenía malestar, sensación de que dejaba cosas sin hacer, y recordaba cada hora en la que solía encender un cigarrillo. Pero en tres semanas había vencido. Siempre dije que lo de Fernando Martín no tenía nada que ver, pero ahora pienso que su duelo me ayudó en mi el duelo.
Fernando, en la cancha, era un poco chulo, más bien tosco, casi bruto; posaba constantemente, a mi me daba esa impresión. Nada que ver con la inteligencia sibilina y con la flexibilidad oléica de Dracen Petrovic. Fernando era apabullante, lento, rígido: el paradigma de la virilidad castellana que se representa en el Cid. Por eso quizá, como aquél caballero medieval, venció mi batalla después de muerto.
Hace 25 años. Anoche sorprendí en la cadena teledeporte un programa homenaje, y me quedé enganchado a la emisión. El baloncesto fue parte de mi vida en aquellos años y, a pesar de que tenía sueño, reviví momentos que no sabía cuan presentes estaban en mí. Martín era un personaje muy atractivo y por eso le hacían muchas entrevistas, y yo las vi. No es extraño, creo que sólo había dos cadenas de televisión, pero también estoy seguro de que si en algún momento aparecía, o llamé o me llamó por teléfono mi amigo Luis Represa, para que no nos lo perdiéramos.
Lo que más me gustó fueron las entrevistas, infinitamente más serias que las de ahora y, por supuesto, el protagonista era él. Hoy los entrevistadores protagonizan el 40 por ciento de cada entrevista, (Risto Mejide el sesenta) pero entonces eran un vehículo para que supiéramos del personaje y sus pensamientos.
Fernando se expresaba muy bien, laconismo castellano, muy preciso, sin ningún énfasis, ni ninguna palabra de más. Magistral: ayer me di cuenta, Con 23 años tenía una madurez y una clarividencia impropias, acertaba mucho más, estaba mucho más concentrado frente al micrófono que en los tiros libres, uno de los cuales siempre fallaba, ahí siempre era un desperdicio. Pero en las entrevistas era delicadísimo hablaba bajo, con las ideas muy claras y mucha humildad, a veces respiraba en la conversación con una muletilla "¿Sabes?" eso lo vi ayer. Me entusiasmó y me invadió la melancolía. Pronto tendré el doble de años que él y en esas dos vidas no he sido capaz ningún instante de hacer nada tan carsimático como lo que hizo este ídolo. No era mi ídolo, pero ayer frente al televisor sí lo fue.    

http://www.rtve.es/alacarta/videos/conexion-vintage/conexion-vintage-baloncesto-fernando-martin/2888774/ El programa dura mucho, recomiendo ver a partir de la primera hora, que son sus entrevistas. Me sobra, me rechina,  la palabra "vintage". Fernando Martín se hizo poner un acento bien grande para su apellido en la camiseta de la NBA, así que no creo que aprobara esta gilipollez.

martes, 2 de diciembre de 2014

"Por las nubes", mi página de Facebook

Para los que levantan la vista
Para los altruistas
para los niños irredentos
para los que beben los vientos.

Para los perdedores de tiempo
para los que retienen el momento
para los que flotan en colores
para los que sueñan en amores.

Para los constructores de sueños
para los seguidores de vencejos
para los que se rozan el cielo de la boca
para los que aplauden a las gaviotas


Para los que disfrutan el pulso de la vida
para los que lloran en las despedidas
para los que sienten lo que otros no tienen.
para los que en el aire se mecen.


Para los que  inhalan la frescura
para los que se relamen de virtud
para los que se estremecen de placer
para los que en blanco y negro lloran
para los que escuchan el crepitar de la tierra
para los que presienten las flores en invierno





Para esos que quieren mirar más arriba del horizonte
traemos pan caliente con nubes en ocaso
merengue ingrávido, algodón de azúcar
también libamos mermelada de crepúsculo
y nos desperezamos con amaneceres cárdenos


Porque hay un cielo común y no nos fijábamos
aunque acompañáramos a las aves en su vuelo
aunque nos aterrara la visión de los helicópteros contra incendios
y miráramos arriba sólo por si nos hacía falta paraguas
aunque alguna vez nos sorprendiera una puesta de sol increíble.


Andamos por las nubes,
el verdadero gozo asequible de la humanidad.
Muchos hombres y todos los demás animales
sólo miran al suelo.


PD. Pero nosotros no:









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