Por mi experiencia doy en pensar que las décadas van de esa manera. El uno de enero de 1976 mandaba en España el franquista Carlos Arias Navarro y nadie podía suponer que el uno de enero de 1986 mandara un socialista que además hubiera hecho campaña -y ganado- para permanecer en la OTAN. Creo que el uno de enero del 1996 ya no quedaba ni el Tato en el Pacto de Varsovia y en España estaban a punto de regresar democráticamente las derechas.
Voy a centrarme en la última década, que es la que celebraremos. Hace diez años quien tenía tres casas, o mejor dos casas y un terrenito susceptible de ser urbanizado, tenía un tesoro. En España se construía tanto como en Alemania, Francia, Gran Bretaña e Italia juntas. Los profesionales de la construcción, albañiles, ferrallistas, gruístas, soladores... eran los plutócratas de cada familia y te daban la cena de navidad contando que ellos se levantaban tantos o cuantos miles de euros al mes.
Los presidentes de los equipos de fútbol tenían inmobiliarias.
Hoy la gente quiere una sola casa para vivir y ninguna para especular. Algunos piden que el solar urbanizable vuelva a ser terreno rústico para pagar menos impuestos municipales. Los profesionales de la construcción se pelean por cualquier chapuza o reforma, hay cementerios de grúas que se ofrecen al peso y las cementeras están en almoneda.
La eficiencia ecológica alemana resultó ser una trampa. Pocos presumen ya de tener un coche diesel.
El Papa y el rey de España abdicaron. Fidel Castro se retiró y su hermano ya se ha saludado con el presidente de Estados Unidos.
Y los occidentales ya no pedimos democracia para los países árabes, porque nos da justificado miedo que arrasen los integristas en las urnas. Son el miedo más gordo que hay, porque lo del cambio climático sigue sin importar lo que vale, a la gente.
Seamos felices. Os emplazo para dentro de diez años.
miércoles, 30 de diciembre de 2015
lunes, 28 de diciembre de 2015
LO QUE QUEDA DEL COMUNISMO
Ayer fui al cine con mi hija para ver la última de Spielberg. Es una gran película, tiene guionistas de lujo: los Hermanos Cohen. Se llama El Puente de los Espías (Bridge of Spies). Extraordinaria ambientación; doy por segura la candidatura al Oscar como mejor actor para Tom Hanks.
Son aguas pasadas, la guerra fría y el pánico nuclear, pero recuerdo que lo sentíamos como posible; eso trataba de explicar a mi hija, que nació en el 2.000.
"Nadie sabe qué cosa es el comunismo
y eso puede ser pasto de la censura.
Nadie sabe qué cosa es el comunismo
y eso puede ser pasto de la ventura".
Esto cantaba Silvio Rodríguez como dando a entender que no se había cumplido todavía bien. Ciertamente, como ninguna otra ideología. Seguro que a los fascistas puros les parecía que Mussolini había traicionado las ideas, como Hitler, Franco etc. Al final el fascismo, el nazismo o el falangismo fueron lo que fueron históricamente, como el comunismo, no lo que ponían en los papeles.
El comunismo salvo en Corea del Norte, es historia, y la mayor parte de esa historia parte de las hijuelas de la revolución de 1917, todo dictaduras.
Personalmente puedo o he podido considerar amigos a un par de dirigentes comunistas. En más de una ocasión he estado en la sede provincial de Avila. Ppor cierto, allí leí una revista Mundo Obrero (periódico oficial del partido comunista) de los años 90, en la que se decía que el asesinato de Carrero Blanco por ETA en 1973 era un "ajusticiamiento" (no sé si esa "justicia" le alcanzaba al chófer que fue volado con él) .
Con lo que sufríamos todavía de ETA, ese detalle me espantó; pero yo nunca -tampoco antes-, he sido comunista.
En España el Partido Comunista dejó de llamarse electoralmente así en los 80, para funcionar como Izquierda Unida, , aunque siempre ha sido liderada por un miembro con carnet del Partido.
El batacazo de las últimas elecciones ha sido grande -pienso yo-: dos diputados por Madrid.
No es extraño: su mensaje electoral era deficiente. Lo único salvable que se encuentra del comunismo es Salvador Allende, que gobernó menos de tres años, muy azarosos y llenos de huelgas, y que terminó suicidándose -igual que Hitler, paradojas-, cuando iba a ser capturado por sus enemigos, en su caso, los militares acaudillados por Pinochet.
Aunque me emociona mucho su discurso radiado, no entiendo el suicidio como un valor saludable, ni estético, aunque seguramente alguien lo quiera ver como ejemplo de dignidad y coherencia. Allá ellos.
Aquellos avatares, como los de la película de Spielberg, son algo muy trasnochado, que impresionan como historia, pero que nadie quiere traer como realidad.
El líder de Izquierda Unida no había nacido el 11 de septiembre de 1973, y dudo mucho que haya escuchado mucho a los Quilapayún o a los Inti Ilimani, en la Transición estuvieron algo de moda por solidaridad, ahora ya no hacen gracia. Nadie les escucha aquí.
Para más abundancia esta vez querían enjuagar el nombre Izquierda Unida con el de "Unidad Popular" que era el de la coalición liderada por Salvador Allende.
La publicidad televisiva de esta candidatura era solo para nostálgicos, mayores de 50 años, y así les ha ido. Viven en el pasado mítico, porque, evidentemente, no tienen a nada concreto a lo que agarrarse.
El comunismo es, -fuera de una "ventura"- una penosa experiencia dictatorial de la que han huido todos los pueblos donde se ha implantado.
Más de media Cuba escapó de ese paraíso. Parece que ningún país europeo, a pesar de las crisis, quiere volver al comunismo que le impusieron antaño. Y nadie pone como ejemplo de nada a Corea del Norte.
Son aguas pasadas, la guerra fría y el pánico nuclear, pero recuerdo que lo sentíamos como posible; eso trataba de explicar a mi hija, que nació en el 2.000.
"Nadie sabe qué cosa es el comunismo
y eso puede ser pasto de la censura.
Nadie sabe qué cosa es el comunismo
y eso puede ser pasto de la ventura".
Esto cantaba Silvio Rodríguez como dando a entender que no se había cumplido todavía bien. Ciertamente, como ninguna otra ideología. Seguro que a los fascistas puros les parecía que Mussolini había traicionado las ideas, como Hitler, Franco etc. Al final el fascismo, el nazismo o el falangismo fueron lo que fueron históricamente, como el comunismo, no lo que ponían en los papeles.
El comunismo salvo en Corea del Norte, es historia, y la mayor parte de esa historia parte de las hijuelas de la revolución de 1917, todo dictaduras.
Personalmente puedo o he podido considerar amigos a un par de dirigentes comunistas. En más de una ocasión he estado en la sede provincial de Avila. Ppor cierto, allí leí una revista Mundo Obrero (periódico oficial del partido comunista) de los años 90, en la que se decía que el asesinato de Carrero Blanco por ETA en 1973 era un "ajusticiamiento" (no sé si esa "justicia" le alcanzaba al chófer que fue volado con él) .
Con lo que sufríamos todavía de ETA, ese detalle me espantó; pero yo nunca -tampoco antes-, he sido comunista.
En España el Partido Comunista dejó de llamarse electoralmente así en los 80, para funcionar como Izquierda Unida, , aunque siempre ha sido liderada por un miembro con carnet del Partido.
El batacazo de las últimas elecciones ha sido grande -pienso yo-: dos diputados por Madrid.
No es extraño: su mensaje electoral era deficiente. Lo único salvable que se encuentra del comunismo es Salvador Allende, que gobernó menos de tres años, muy azarosos y llenos de huelgas, y que terminó suicidándose -igual que Hitler, paradojas-, cuando iba a ser capturado por sus enemigos, en su caso, los militares acaudillados por Pinochet.
Aunque me emociona mucho su discurso radiado, no entiendo el suicidio como un valor saludable, ni estético, aunque seguramente alguien lo quiera ver como ejemplo de dignidad y coherencia. Allá ellos.
Aquellos avatares, como los de la película de Spielberg, son algo muy trasnochado, que impresionan como historia, pero que nadie quiere traer como realidad.
El líder de Izquierda Unida no había nacido el 11 de septiembre de 1973, y dudo mucho que haya escuchado mucho a los Quilapayún o a los Inti Ilimani, en la Transición estuvieron algo de moda por solidaridad, ahora ya no hacen gracia. Nadie les escucha aquí.
Para más abundancia esta vez querían enjuagar el nombre Izquierda Unida con el de "Unidad Popular" que era el de la coalición liderada por Salvador Allende.
La publicidad televisiva de esta candidatura era solo para nostálgicos, mayores de 50 años, y así les ha ido. Viven en el pasado mítico, porque, evidentemente, no tienen a nada concreto a lo que agarrarse.
El comunismo es, -fuera de una "ventura"- una penosa experiencia dictatorial de la que han huido todos los pueblos donde se ha implantado.
Más de media Cuba escapó de ese paraíso. Parece que ningún país europeo, a pesar de las crisis, quiere volver al comunismo que le impusieron antaño. Y nadie pone como ejemplo de nada a Corea del Norte.
martes, 22 de diciembre de 2015
SOBRE EL CLIMA, EL HAMBRE, EL RUIDO Y DEMÁS BRINDIS AL SOL
Hace poco más de una semana en París los participantes en la cumbre del clima se dieron emotivos abrazos para celebrar que sus delegaciones habían acordado que la temperatura del planeta no debía subir más de dos grados de aquí a 2100. El acuerdo empezará a entrar "en vigor" el año 2020.
Supongo que es mejor que nada.
Pero ¿cómo se hace esto? reduciendo las emisiones de CO2 y otros gases causantes del efecto "invernadero", pero ¿quién, cómo, cuánto, qué sanciones hay para quien incumpla y cómo se controla que lo que no se emita por un lado se emita por otro?. Y, sobre todo, ¿cómo se hace todo esto en un mundo tan diferente?
Es posible que haya tribus en algunas partes que todavía quemen un trozo de bosque para sembrar hasta agotar la tierra y luego quemen otro nuevo pedazo etc. ¿Tiene eso algo que ver con una empresa química de Huelva o con una petrolera de Canadá?
¿Cómo se sabe por el simple termómetro quién, cómo y dónde está incumpliendo el deber de no subir la temperatura más allá de 2 grados hasta el 2100?
Una majadería, un brindis al sol, me parece a mí.
¿Por qué no hay acabado así con el hambre o las guerras o la violencia de género?.
Es muy fácil hacer lo que han hecho en París para estos otros problemas infinitamente más sencillos que este pero ¿bastará acordarlo así?
Yo creo que no: Supongamos que los países hubieran acordado establecer el transporte público gratuito en las ciudades, prohibiendo radicalmente el tráfico privado. Imposible, las empresas automovilísticas y petroleras se vendrían abajo.
O cerrar todas las centrales térmicas de carbón. Las cuencas mineras de todo el mundo se sublevarían y ¿con qué nos calentamos o recargamos la batería del móvil?.
O promover con una inyección económica la plantación y cuidado de especies arbóreas que capturaran el CO2 , luchar seriamente contra la erosión y los incendios forestales: eso cuesta muchísimo dinero, hay otras prioridades más acuciantes para la sociedad.
Pues algunas cosas de estas hay que emprender, porque si seguimos haciendo lo mismo la temperatura seguirá subiendo. Es más, puede que, aunque nos enmendemos, el clima ya esté fuera de sus quicios y no se consiga eso de que la temperatura no suba, ni en 2100.
Pondré un ejemplo doloroso, recurrente, familiar. Yo hace mucho tiempo decidí lavarme los dientes todas las tardes y noches, y después de cada vez que tomara dulces o chocolate. Lo he cumplido razonablemente, pero alguna de mis muelas ya tenía caries. En mi muela más famosa -por las entradas anteriores- no se asentó a una caries nueva desde hace 28 años. Puedo afirmarlo porque entonces me fue empastada y no ha vuelto a criar de eso, sin embargo, algún hilito de caries siguió avanzando estos años bajo el empaste, me originó varios flemones, a los que no hice caso y se deshincharon por aburrimiento, pero gracias a la evolución de aquélla caries, hace dos semanas y media no ha sido posible hacerme una endodoncia. Me han tenido que arrancar la muela y lo que me quede de momento una gran infección (Sí, ya lo se: qué pesado soy)
Bueno, este artículo es para decir que tenemos que hacer (dejar de hacer, mejor) mucho y aunque probablemente desde la revolución industrial hasta acá nos hemos causado daños ya irreparables, creo firmemente que, si no empezamos muy en serio y radicalmente a dejar limpio del aire, se harán más agudos y catastróficos en poco tiempo, porque vamos cuesta abajo, no cabe ninguna duda.
La pasada semana, del 14 al 18 de diciembre, decidí no traer jersey para andar los tres kilómetros que me separan del trabajo. Me conformé con una camiseta y una camisa bajo una prenda de abrigo, pues bien, el pasado jueves 17 de diciembre, en Candelario (Salamanca) famosa por sus fríos y ser cuna de embutidos, me desabroché la prenda de abrigo, llegué al trabajo en camisa; tenía un calor impropio..., y, efectivamente, es que lo hacía.
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Supongo que es mejor que nada.
Pero ¿cómo se hace esto? reduciendo las emisiones de CO2 y otros gases causantes del efecto "invernadero", pero ¿quién, cómo, cuánto, qué sanciones hay para quien incumpla y cómo se controla que lo que no se emita por un lado se emita por otro?. Y, sobre todo, ¿cómo se hace todo esto en un mundo tan diferente?
Es posible que haya tribus en algunas partes que todavía quemen un trozo de bosque para sembrar hasta agotar la tierra y luego quemen otro nuevo pedazo etc. ¿Tiene eso algo que ver con una empresa química de Huelva o con una petrolera de Canadá?
¿Cómo se sabe por el simple termómetro quién, cómo y dónde está incumpliendo el deber de no subir la temperatura más allá de 2 grados hasta el 2100?
Una majadería, un brindis al sol, me parece a mí.
¿Por qué no hay acabado así con el hambre o las guerras o la violencia de género?.
Es muy fácil hacer lo que han hecho en París para estos otros problemas infinitamente más sencillos que este pero ¿bastará acordarlo así?
Yo creo que no: Supongamos que los países hubieran acordado establecer el transporte público gratuito en las ciudades, prohibiendo radicalmente el tráfico privado. Imposible, las empresas automovilísticas y petroleras se vendrían abajo.
O cerrar todas las centrales térmicas de carbón. Las cuencas mineras de todo el mundo se sublevarían y ¿con qué nos calentamos o recargamos la batería del móvil?.
O promover con una inyección económica la plantación y cuidado de especies arbóreas que capturaran el CO2 , luchar seriamente contra la erosión y los incendios forestales: eso cuesta muchísimo dinero, hay otras prioridades más acuciantes para la sociedad.
Pues algunas cosas de estas hay que emprender, porque si seguimos haciendo lo mismo la temperatura seguirá subiendo. Es más, puede que, aunque nos enmendemos, el clima ya esté fuera de sus quicios y no se consiga eso de que la temperatura no suba, ni en 2100.
Pondré un ejemplo doloroso, recurrente, familiar. Yo hace mucho tiempo decidí lavarme los dientes todas las tardes y noches, y después de cada vez que tomara dulces o chocolate. Lo he cumplido razonablemente, pero alguna de mis muelas ya tenía caries. En mi muela más famosa -por las entradas anteriores- no se asentó a una caries nueva desde hace 28 años. Puedo afirmarlo porque entonces me fue empastada y no ha vuelto a criar de eso, sin embargo, algún hilito de caries siguió avanzando estos años bajo el empaste, me originó varios flemones, a los que no hice caso y se deshincharon por aburrimiento, pero gracias a la evolución de aquélla caries, hace dos semanas y media no ha sido posible hacerme una endodoncia. Me han tenido que arrancar la muela y lo que me quede de momento una gran infección (Sí, ya lo se: qué pesado soy)
Bueno, este artículo es para decir que tenemos que hacer (dejar de hacer, mejor) mucho y aunque probablemente desde la revolución industrial hasta acá nos hemos causado daños ya irreparables, creo firmemente que, si no empezamos muy en serio y radicalmente a dejar limpio del aire, se harán más agudos y catastróficos en poco tiempo, porque vamos cuesta abajo, no cabe ninguna duda.
La pasada semana, del 14 al 18 de diciembre, decidí no traer jersey para andar los tres kilómetros que me separan del trabajo. Me conformé con una camiseta y una camisa bajo una prenda de abrigo, pues bien, el pasado jueves 17 de diciembre, en Candelario (Salamanca) famosa por sus fríos y ser cuna de embutidos, me desabroché la prenda de abrigo, llegué al trabajo en camisa; tenía un calor impropio..., y, efectivamente, es que lo hacía.
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jueves, 17 de diciembre de 2015
LAS COMPLICACIONES
La primera noche dormí bien, supongo que el
efecto de la anestesia me amparaba. No podía enjuagarme hasta el día siguiente. La primera vez que lo
hice, -debía hacerlo con agua salada- me causó un fresco bienestar.
Aunque mastico con cuidado por el lado contrario, la comida se va al hueco y yo debía, rozando lo más mínimo, removerla y extraerla. Corté el mango de una cucharilla de plástico, para hacer estas operaciones a ciegas, pero cauto como un desactivador de bombas. Me sentía muy aliviado cuando extraía un trocito de manzana sanguinolento.
Pero la cosa no mejoró. El dolor se apoderó del fin de semana, tuve que tomar paracetamol y decidí resueltamente volver para consultar, porque ya era era una resaca desmesurada.
Aunque mastico con cuidado por el lado contrario, la comida se va al hueco y yo debía, rozando lo más mínimo, removerla y extraerla. Corté el mango de una cucharilla de plástico, para hacer estas operaciones a ciegas, pero cauto como un desactivador de bombas. Me sentía muy aliviado cuando extraía un trocito de manzana sanguinolento.
Pero la cosa no mejoró. El dolor se apoderó del fin de semana, tuve que tomar paracetamol y decidí resueltamente volver para consultar, porque ya era era una resaca desmesurada.
Este día el dentista estaba más ocupado, no me dieron la primera hora y a la mía ya
acumulaba retraso. Llegué y le expliqué:
-Esto
está mal, muy mal tiene una ….vitis, quise quedarme con la palabra, pero la
amnesia postraumática me ha robado
muchos minutos de pensamiento. Cuando uno sufre como un animal no puede permitirse el lujo de elaborar florituras cerebrales y a lo que se ve, de recordar palabras raras tampoco.
En menos de 15 segundos ya me había clavado la aguja de la anestesia.
En menos de 15 segundos ya me había clavado la aguja de la anestesia.
Se trataba sólo de resistir, resistir como un
hombre. El dentista no dio ni cinco minutos a que la anestesia me funcionara, acumuló su
herramienta y le dijo a su auxiliar que me pusiera el tubito aspirador: que vamos a hacer un curetaje.
Cuando volváis a escuchar esa palabra
enteraros de que eso es “raspar el hueso” fuerte, violentamente. Yo me agarraba a todo lo agarrable, mientras
el hombre empleaba toda su fuerza en raspar la podredumbre del hueso de mi mandíbula,
todo mi cráneo se estremecía y quería gritar. Solté las gafas que tenía en mi
mano sobre el regazo: temía romperlas, me agarré el pantalón vaquero y, más tarde, me dí cuenta de que rompí la
cucharilla de plástico que tenía en el bolsillo. Nunca nadie me ha
proporcionado tanto agudo dolor. Parecía inacabable, imposible de resistir sin suplicar tregua. Me concentraba en aguantar sin abandonarme, como cuando hacía el
amor de joven.
Aguanté. Fueron varios minutos de sufrimiento, de aguante. Por fin, la herramienta de raspar se
apartó de mí e, inmediatamente, el dentista me metió en el hueco un par de gasas.
-Apriételas cinco minutos y luego las tira. Se toma estos antibióticos que le receto para diez días.
Esto es resolver, se quitó los guantes desechables con el ruido de azote seco que da el estirajón de goma.
-Apriételas cinco minutos y luego las tira. Se toma estos antibióticos que le receto para diez días.
Esto es resolver, se quitó los guantes desechables con el ruido de azote seco que da el estirajón de goma.
Sólo me quedó ánimo para preguntar:
-¿Me va a doler mucho tiempo?.
-Tres o cuatro días nada más, luego los
antibióticos habrán hecho efecto. Si le siguiera doliendo al acabar las
pastillas, vuelva.
Espero no tener que volver. Ahora no me duele casi nada porque la
anestesia por fin ha hecho su efecto enmascarador, ese del que me vi privado mientras me raspaban.
Espero cerrar este capítulo antipático del dentista en el seguro.
Pero antes, voy a permitirme un autosarcasmo:
Pero antes, voy a permitirme un autosarcasmo:
De derrota en derrota, hasta
la derrota final.
(en la puta hora que empecé)
(en la puta hora que empecé)
martes, 15 de diciembre de 2015
La extracción
La extracción
Me sorprendió que me dieran cita para la
primera hora. Estoy ya acostumbrado a la sanidad pública que, por los recortes,
últimamente es bastante morosa. Eso fue un pequeño triunfo: iba a arreglarlo
mediando solo una noche. Recuperaba así cuarenta euros; además, mi vida no se enfangaba
en un parón de indecisión por frustración.
Pasé mala tarde y dormí peor. Recordaba el
chasquido y los coágulos, y escupir sin tregua durante medio día y la lengua inspeccionando el hueco, tímida, pero recurrentemente.
Llamé a mi compañero para que no me esperara
a primera hora en el trabajo. Por el camino tuve suerte, me encontré con una conocida muy
simpática que me dijo que no me preocupara, que ahora lo hacen de una manera
que no duele, que ella se había sacado una muela hace un par de meses. No la
creí, pero me animó.
Llegué a la cola; aún no estaba abierta la
consulta. Había un hombre viejo, de mal aspecto, un poco maltratado por la vida. Hablamos. Al poco llegó otro señor, más formal e inteligente. Yo, en cualquier
caso siempre hablo mucho... de que debíamos habernos lavado los dientes ,llevar
a todas partes el cepillo, como hacen los americanos de las películas y cosas así. El
hombre perjudicado exclamó: “yo en cincuenta años que tengo de vida sólo me he
lavado los dientes dos veces”. ¡Cielos! uno se consuela por cualquier bobada, ese
viejo que estaba frente a mí, tiene un año menos que yo y yo no he sido
constante, pero he tenido algo de cuidado, no he sido absolutamente negligente.
Con poca gasolina funcionan mis remontes de
autoestima en los momentos cruciales.
Llegó -impuntualmente- el dentista. Un hombre
implacable. Así me pareció al entrar. Yo pasé el segundo. Traté de ponerle en antecedentes hablando pero él me pidió que me sentara, y que abriera la boca. Eso no es "cállate" pero se parece mucho. Miró la muela y llegó a golpearla
suavemente. Parecía no creerse que el dictamen fuera extracción. Me metió la
duda. Ponía caras. Volvió a golpear. Por un momento pensé <<esté quiere captarme para su clínica>>
y me va a recomendar que la salve y me dará su tarjeta. Pero no me fiaría, la dentista de pago lo había
intentado dos veces y me pareció sinceramente honrada, me había dicho: “yo me
dedico a hacer endodoncias y esta no la recomiendo, no la haría; me parece
tirar el dinero”
No le repetí esta frase al dentista pero sí que le dije que había tenido dos sesiones en la clínica y la dentista había renunciado a la endodoncia y me había recomendado la extracción. Entonces el dentista extractor le dictó a su enfermera: la sacamos por recomendación de su dentista privado, con muy poca convicción.
No le repetí esta frase al dentista pero sí que le dije que había tenido dos sesiones en la clínica y la dentista había renunciado a la endodoncia y me había recomendado la extracción. Entonces el dentista extractor le dictó a su enfermera: la sacamos por recomendación de su dentista privado, con muy poca convicción.
Comenzaron las maniobras. Al contrario que había predicho mi amiga, no estuvieron
exentas de dolor, y fueron complicadas, implicaron
mucha variedad de instrumentos, incluido el torno (nunca había visto yo esto en
una extracción) que, por cierto, me pareció mucho más estridente que el de la clínica
privada. En un momento que me extrajo lo que yo creí un fragmento, le comentó a
la enfermera: “una pata”. Durante todos sus manejos, estaba yo a la altura de
los intestinos del doctor y sentí dos veces sus convulsiones: Pensé " café con leche con croissant", no es agradable
esto, pero es lo de menos. Mientras, soportaba muchos más ruidos, chasquidos, era yo: mi muela, que me
pareció extraída sólo en parte. No sentí en dolor fuerte y rotundo -un gran arrancón- de otras
veces. Pero, viendo lo agarrada que estaba la pieza dental a mí y las dudas que
me había generado el médico en su primer análisis, pensé que había acertado
intentando salvarla. Todo terminó casi sin sangre, con un apósito que me dijeron que
mordiera, al menos diez minutos. He estado con ello una hora, y ahora me
arrepiento de haberlo tirado, parece que apretando fuerte sujeta uno mucho mejor el dolor.
Me regaló el comentario de que la muela estaba fatal, con lo
cual me tranquilizó. Le pregunté que si había
sacado toda y me respondió que sí, y se retiró. Yo me incorporé, y salí. Uno no puede quedarse
ni medio minuto más en el seguro. Fuera siempre espera mucha gente. Antes, la enfermera me dio un papel con instrucciones
escritas: puedo tomar ibuprofeno o paracetamol si aparece el dolor, y me parece que
estoy empezando a sentirlo.
domingo, 13 de diciembre de 2015
Renuevo mi humilde boicot al Senado.
Hace cuatro años no introduje sobre para esta cámara que sirve para pocas cosas buenas. Sí les sirve a los políticos para pagar favores, a la atleta sancionada por dopaje Marta Fernández, al exalcalde de Avila, y a otras personas.
Me parece muy mal que algunos partidos nuevos se apunten a este inútil comedero de "la casta".
Me autocito:
https://www.blogger.com/blogger.g?blogID=7185936966255904133#editor/target=post;postID=147370701160378117;onPublishedMenu=posts;onClosedMenu=posts;postNum=7;src=link
Me parece muy mal que algunos partidos nuevos se apunten a este inútil comedero de "la casta".
Me autocito:
https://www.blogger.com/blogger.g?blogID=7185936966255904133#editor/target=post;postID=147370701160378117;onPublishedMenu=posts;onClosedMenu=posts;postNum=7;src=link
viernes, 11 de diciembre de 2015
JUGAR
La vida es un juego. Hoy me he dado perfecta
cuenta de que no era una ciencia y de que el “poder” económico es un factor
más, importante, importantísimo, pero lejano de la omnipotencia en la que a
veces podría uno haber caído en pensar.
Creí que bastaría poner una cantidad de
dinero. Había elegido una clínica dental, aunque muy moderna, ya prestigiosa: ergonómica, rutilante. Esta vez no consulté precios, como hago en el resto de
las cosas de la vida, de la competencia; buscaba lo mejor, cuesta trabajo
enfrentarse a una factura pensando en el tiempo que cuesta ganarlo, o la de
cosas que se podrían hacer empleando ese dinero en otro sitio, pero lo
asumí.
Estaba convencido de que era casi el único
problema y empezamos por una endodoncia o desvitalización del nervio de una
muela irreversiblemente dañada. Había tenido una primera sesión que me había
parecido que iba bien. Pero la dentista había interrumpido la operación
diciendo que “estaban muy cerrados los conductos”; me hizo una cura y me dijo
que pidiera cita para otro día. Yo no sabía que ese dictamen ya era un malísimo
presagio. Ayer era el día. Antes de ponerse conmigo me ofreció directamente la
extracción. Pero le pedí que lo intentara. Mientras hurgaba en mi boca estuve tenso buscando desesperadamente esperanza en los intentos de la dentista. Mis miradas se
concentraban en adivinar qué era lo que veía con sus ojos, por si había un atisbo de remontada. Incluso pensé en rezar, pero mi coherencia intelectual
me prohíbe esas invocaciones espúreas -desde que me reconozco ateo no cedí a
esa tentación nunca, ni siquiera para suplicar que mi hija naciera bien-. Parece que los
conductos no se habían abierto en este tiempo y las herramientas se estrellaban
con la realidad de la endodoncia frustrada; no era viable, sería tirar el
dinero. Sólo cabía arrancar la muela.
Arrancar: recuerdo de otras veces el empeño
de fuerza del dentista y el horrísono chasquido que acompaña esta faena. El
dolor, el escupir sangre, el hueco amorfo, coagulado, tantos días. Por eso la
dentista dijo “extraer”. ¡Viva el eufemismo!
Yo no estaba preparado psicológicamente para
perder. Había empeñado dinero en recuperar, y resulta que había perdido. Un gol
en propia puerta.
No. Era irreversible. Había además un conato
de infección. Yo sé que años atrás había tenido algún flemón pero desaparecían y me olvidaba de ello. Me da la fatal
impresión de que, en el fondo, sabía que no era justo que al final me
salvaran la muela. Pero bueno... para eso están ¿no? Era la primera endodoncia
de mi vida, me habían hecho una radiografía. Lo indicó la clínica dental, no
yo.
“Que si quería me la sacaba ahora mismo”: ya
era casi urgente la extracción después de quitarme el empaste que tenía desde
hace treinta años. Pero yo no estaba preparado psicológicamente para perder y
pospuse la decisión. También “la extracción” me costaba 40 euros frente a la
gratuidad que me ofrece hacérmelo por la Seguridad Social.
Entonces llegaron las lamentaciones, no me
gusta la palabra depresión, aunque creo que la decepción que había tenido era
una buena causa. Inevitablemente me vino a la cabeza la euforia de hace una semana.
Me hallaba en un momento crítico
para mi continuidad en el trabajo. Justo el día 7 de diciembre lunes, era el día
en que, con toda probabilidad, se me hubiera acabado el trabajo por
reincorporación forzosa (había agotado todos los plazos y sus prórrogas) de la
persona cuya plaza ocupo. Por eso me había tomado un resto de mis vacaciones
anuales; para no perderlo. Pero el día 30 de noviembre al volver a mi mesa de despacho
había una carta en la que se decía que se habían iniciado los trámites para la
incapacidad permanente. No sé cuánto me durará esta nueva prórroga, pero
mientras hay vida hay esperanza, de ganar, pero nunca es ganar absolutamente: es permanecer, regatear a la adversidad, a la muerte. Además ese día, yendo al
trabajo, al lado de un contenedor de basura, me encontré una bicicleta en bastante buen estado, con polvo y las
ruedas deshinchadas y me la llevé tan contento. Pensé que eso sería una
pequeña alegría antes de la derrota laboral. Después de sumarle al día la carta, me sentía eufórico. Y no me gusta
la euforia. “Después de las grandes victorias vienen las grandes derrotas y
viceversa”, es una de mis divisas, mezcla de estadística y superstición.
Con esta pérdida de muela de hoy, ya pasada
la cincuentena, creo comprender que la vida es un juego, que cuando es joven se duerme bien, uno está generalmente saludable y aguanta y
se recupera de todo, y no recibe avisos fúnebres y frenazos incomprensibles de los órganos del cuerpo; en
resumen, que cuando se es joven, generalmente “se gana”. Hoy he comprendido que cuando se es viejo
generalmente “se pierde” y cuanto antes lo comprenda, antes lo asumiré y
aprenderé a sobrellevarlo: seré más conservador -ya lo iba siendo- mientras se
me muere gente, se me estropean las facultades y me acerco a la derrota final,
que es la muerte. Porque moriré, la cuestión está en hacerlo después de los setenta y cinco, de seguir luchando por conseguir prestigio y cosas, y por que mi hija sea feliz y esté tan
agradecida a la vida, que decida prolongarla, como yo he hecho. Y que si eso sucede, sienta yo que dejé una huella, que iba a alguna parte, que mi sangre sigue amando
y conociendo, por los siglos de los siglos. Creo que es la única posibilidad de
seguir “ganando”algo por delegación, ya que la vida mía mayoritariamente será
“perder”.
miércoles, 9 de diciembre de 2015
FERNANDO FERNÁN GÓMEZ: MAESTRO O GENIO
Si le preguntamos a la gente por este coloso
de la escena española del siglo XX, nos dirían que es un actor. Un actor
grandón,de presencia apartosa y poderoso vozarrón, imprescindible en tantísimas
películas.
Pero también es autor y adaptador teatral,
escritor de novelas y también antológicos artículos en El País, pero donde
puede que pase de la categoría de maestro a genio (no sé cuál es ese salto
cualitativo) es como director de cine, a pesar de que no mucha gente reconocerá
en su biografía esta cualidad.
La película “El viaje a ninguna parte” debe
estar entre las diez mejores del cine español, pero puede que también “Diez mil días juntos” y quizá “El Extraño viaje”
aunque tres ya serán muchas para estar entre las diez mejores de un cine
tan bueno como es el nuestro.
La película que vimos ayer en “la 2 ”es
bárbara y brutal, llena de sexo, y obsesiones, con la envidia, la miseria
moral y la mala educación como mascarón de proa. No es extraño que fuera
censurada en su día por el régimen y sepultada, lo que no tiene un pase es que
no se ha reestrenado hasta 50 años después, pero no tengo dudas de que su pase
de ayer por televisión la catapultará definitivamente al cine genial que
guardamos -perdnneseme la inmodestia- los entendidos en nuestro corazón: esos
magníficos actores, planos, dirección, fotografía y retrato de un Madrid,
atrasado y violento que despertaba a una economía moderna obsesionada por el
dinero. Es una obra imprescindible y una gran lástima que la historia la haya
marginado tan injustamente.
Quien tenga tiempo que no se la pierda. Y
quien no, que lo busque, porque no debe
perdérsela.
Viva Internet, que nos permite volverla a ver
de esta manera.
http://www.rtve.es/alacarta/videos/historia-de-nuestro-cine/historia-nuestro-cine-mundo-sigue/3398580/
sábado, 5 de diciembre de 2015
Cálculos
No sé si se me nota que no me apasiona mucho la política diaria española. Pero hoy voy a comentarla un poco.
Resulta que hay convocado un debate en una televisión -Antena 3- con las cuatro fuerzas políticas que tienen posibilidades de entrar en el próximo gobierno de España. Días después, habrá un debate entre los dos líderes del bipartidismo clásico que nos viene desde 1982.
Voy a centrarme en la primera confrontación dialéctica, que es la que puede reflejar más a la España actual.
El presidente del gobierno, que lo pretende volver a ser, rehúsa participar en el debate y envía a su vicepresidenta. Es fácil prever un ataque a tres bandas hacia las políticas que se han ejecutado en esta legislatura que, probablemente, al candidato Rajoy le resulte incómodo responder a este presidente con bien ganada fama de perezoso y huidizo. Este cobarde cálculo es un gran punto en su contra.
Pero a su favor está el que en un primer envite no se desgasta su cabeza de cartel, sino una subalterna, y ve el juego de su ¿principal oponente?Pedro Sánchez.
Pero además introduce un cuerpo extraño, distorsionador, porque - por primera vez- es una mujer. Y es otro punto a su favor. Un ataque de tres caballeros contra una mujer sola es visto en nuestra cultura sureña como un abuso. Esta visión probablemente hará que una parte grande de las mujeres y una no pequeña de los hombres, pueda tomar simpatía por la acosada.
Considero que la mujer será la estrella del debate, porque los tres caballeros no pueden ningunearla. Aunque su opción política lo merecería, si lo hicieran corren el riesgo de que les tilden de machistas.
Todos rondan los cuarenta. Cuando los veamos (es una suposición, no tengo pensado yo...) una parte de la audiencia pensará que hace 20 años en una discoteca el nulo caso le haría cualquiera de ellos a una muchacha bajita, regordeta y no demasiado agraciada de cara, con ojos feos y algo saltones. Seguro que pasaría completamente desapercibida ante sus oponentes: dos verdaderos guapos; y también ante un flacuho líder maldito de la lucha y de la dialéctica, que seguro que también ha ligado un montón.
Pero ahora no se trata de ligar.
¿o sí?
domingo, 29 de noviembre de 2015
MOMENTO HISTÓRICO
Uno tiene aprendidas algunas fechas históricas como el 313 D.C., cuando se promulga el Edicto de Milán, o el 1453, la toma de Constantinopla, o el 14 de julio de 1789, cuando los del tercer estado toman la Bastilla y comienza la era contemporánea.
Hoy debo anotar el 27 de noviembre como un hito fundamental en mi autoestima. No es que me quiera más, -menos oyendo tantos ruidos internos como escucho y también renegando de la imagen que me devuelven los escaparates por la calle (en casa no tenemos espejos enterizos)- pero he asumido que soy valioso y puedo demostrarlo pagando un alto rescate por mi salud bucodental; es una apuesta por mí que implicará que estoy determinado a vivir al menos 20 años más, porque debo amortizar la inversión que voy a hacer.
No voy a escribir la cantidad; ya he dicho que es un rescate y esas cantidades nunca se declaran oficialmente. Y porque escribirlo en público no solo me da pudor, sino que podría animar a unos eventuales secuestradores reales a raptarme al ver en todo lo que el patrimonio familiar es capaz de estimarme.
Porque he decidido aceptar el presupuesto más alto, con implantes, endodoncias y de postre una férula de descarga que evitará los desgastes de los rozamientos que, al parecer, me propino involuntariamente con los dientes mientras duermo.
Una autodestrucción, aunque leve, que, como todas las demás, desde ahora no puedo tolerar, es más, renuncio solemnemente, mientras me dure la amortización de la inversión bucal, a suicidarme. Además, he de proponerme cuidar más celosamente mi salud, de manera que procuraré evitar riesgos: donaré las frutas peligrosas de los árboles de mi huerto a los pájaros y cruzaré con tiempo prudencial y mirando a ambos lados, las carreteras. Mostraré más tenacidad en la lucha contra el superávit de grasas e hidratos de carbono que me lastran (esto es más difícil).
Me contemplo en el espejo con media cara hundida por la anestesia local que me han inyectado para la primera cura de endodoncia y me digo: tengo que creerme que valgo, por lo menos, lo que cuesto.
Hoy debo anotar el 27 de noviembre como un hito fundamental en mi autoestima. No es que me quiera más, -menos oyendo tantos ruidos internos como escucho y también renegando de la imagen que me devuelven los escaparates por la calle (en casa no tenemos espejos enterizos)- pero he asumido que soy valioso y puedo demostrarlo pagando un alto rescate por mi salud bucodental; es una apuesta por mí que implicará que estoy determinado a vivir al menos 20 años más, porque debo amortizar la inversión que voy a hacer.
No voy a escribir la cantidad; ya he dicho que es un rescate y esas cantidades nunca se declaran oficialmente. Y porque escribirlo en público no solo me da pudor, sino que podría animar a unos eventuales secuestradores reales a raptarme al ver en todo lo que el patrimonio familiar es capaz de estimarme.
Porque he decidido aceptar el presupuesto más alto, con implantes, endodoncias y de postre una férula de descarga que evitará los desgastes de los rozamientos que, al parecer, me propino involuntariamente con los dientes mientras duermo.
Una autodestrucción, aunque leve, que, como todas las demás, desde ahora no puedo tolerar, es más, renuncio solemnemente, mientras me dure la amortización de la inversión bucal, a suicidarme. Además, he de proponerme cuidar más celosamente mi salud, de manera que procuraré evitar riesgos: donaré las frutas peligrosas de los árboles de mi huerto a los pájaros y cruzaré con tiempo prudencial y mirando a ambos lados, las carreteras. Mostraré más tenacidad en la lucha contra el superávit de grasas e hidratos de carbono que me lastran (esto es más difícil).
Me contemplo en el espejo con media cara hundida por la anestesia local que me han inyectado para la primera cura de endodoncia y me digo: tengo que creerme que valgo, por lo menos, lo que cuesto.
viernes, 27 de noviembre de 2015
SOBRE LA NATURALEZA HUMANA Y PERRUNA
Me
fueron dados conocer, -ya que viví mis trece
primeros años en un pueblo de perros abundantes y todos sueltos-, las
pulsiones e intereses vitales de estos mamíferos, parcialmente domesticados
entonces.
Y
cuando me surge este tipo de avatar contemporáneo que voy a contaros, me acuerdo del único abuelo que conocí: creo
firmemente que si le contara la presente historia perruna le sería igual de
increíble que lo de los teléfonos móviles.
Empezaré
por contar lo que supe bien de niño: cuando una perra estaba en celo desaparecían
todos los perros machos del resto de las calles para concentrarse, como si
fueran a repartirles confites, en la calle de la encelada. Hasta algunos perros
ovejeros abandonaran sus obligaciones; sus pulsiones sexuales o reproductivas
vencían al miedo a incumplir sus paradigmáticos cargos de fidelidad, guía y
custodia (y a la cayada iracunda del pastor).
Las
mejores peleas de perros que yo haya visto se produjeron por cualquier damisela
sumisa de clítoris hipertrofiado y, a lo que se ve, oloroso. (A mí me gustaban
los perros machos y me daba mucha rabia que se mordieran y estropearan tanto
por cubrir a la vil perrucha que estaba allí) (otros niños, más españoles que
yo, gozaban del cruento espectáculo, animando y cruzando porfías sobre quien
vencería y montaría)
Termino
diciendo que sigo pensando que lo más sorprendente de ese espectáculo era el nulo sentimiento de
venganza del derrotado que se veía obligado a presenciar como el macho alfa se
cepillaba con su berbiquí a la perra y se enganchaba pacíficamente a su coño. Completamente abatido varios minutos mientras se corría, a merced de un cuarto de ataque de los que los perros machos se
habían propinado rabiosamente minutos antes. El código de honor perruno es,
verdaderamente, caballeroso.
Años
después, en la Salamanca
de 1984, una ciudad de más de 150.000 habitantes, como estudiante modesto viví
en los antepenúltimos bloques urbanos del extrarradio. Como esta ciudad ya
tenía tráfico denso, unas fábricas químicas de abonos y la azucarera que emitía
enormes columnas de denso olor, no
pensé yo que una perrita encerrada en un segundo piso fuera capaz de convocar
ocho o diez perros, callejeros o escapados de sus amos poco diligentes en la
custodia de animales tan fácilmente atropellables, pero sucedió: durante unos
días tuvimos una guardia permanente de Ciranos enamorados cantando a la
encelada. Hasta que no se pasaron los días el reclamo hormonal no
desaparecieron de allí.
Todo lo
anterior es para poner en antecedentes de una historia que cayó entre mis manos
ya en este milenio, en forma de expediente judicial sobre la mesa de uno de mis
múltiples destinos.
Resulta
que hay dos chalés con pequeña parcela anexa,
no necesariamente vecinos, pero sí próximos. En el chalet “A” vive un
perro macho, no sé si con mucho o poco pedigrí o de una raza más o menos
cotizada; esto no se detalla en los autos.
En el
chalet “B” mora una perrita, pongo el diminutivo porque así tiene una
connotación de virginidad que me viene muy bien al caso. Esta hembra no había
sido inhibida químicamente de sus funciones sexuales (terapia que tampoco
entendería mi abuelo) y pasó lo que tenía que pasar.
No
suele haber paredes lo suficientemente
altas para frenar la pulsión sexual de un perro macho. Así que escarbó se arrastró
o saltó lo salvable hasta la emisora hormonal.
Según
denunció el dueño de la perrita “B” vio como el perro del chalet “A” montaba a
su perra. Y, airado, lo espantó. El animal huyó. Yo creo que esto tuvo que ser muy
al principio o muy al final, porque, se desengancharon, y -vuelvo a remitirme
a mis conocimientos pueblerinos-, esto
era imposible hasta la completa ejecución seminal.
El
dueño del chalet B, temeroso, cual padre antiguo, de las consecuencias en forma
de camada indeseada que mantener, o quien sabe si quizá ultrajado en su
calderoniana moral, por el perro de un vecino con el que -a buen seguro- ya
entonces no se llevaba bien, decidió
cortar por lo sano y llevó a la perrita a un veterinario que, según la factura
de 68 euros, IVA incluido, que consta en autos, suministró por vía intravenosa
un abortivo para evitar la consecuencia natural de aquello que había sido tan
inevitable por la naturaleza de la llamada sexual perruna.
A
continuación acudió al chalet con la perrita ultrajada, para exigir del dueño
del perro que abonara, al menos, la factura de la clínica veterinaria.
Esta
petición de cuentas no debió ser atendida, ni siquiera bien recibida, por el
vecino, con lo que inicióse una denuncia por responsabilidad patrimonial
extracontractual del 1905 del código civil.
Voy a
decir que la sentencia me decepcionó literariamente, con tanto que tenía a su
favor para lucirse. No se especuló sobre la violación, ni tampoco de relaciones consentidas, de determinismo animal...
A mí me
tocó embargar los 68 euros al dueño del chalet A, por no tener lo suficientemente
bien asegurado su instinto, ya que obviamente el perro macho escapó y penetró en
el chalet B. En la sentencia no se
utiliza un verbo tan apropiado y ambivalente.
Al
firmarme el recibí del requerimiento me tocó escuchar del dueño, no con malos modos, (la gente entiende que es nuestro trabajo, pero aún así se desahoga, y a nosotros poco nos importa esto si nos firma) las eternas cantinelas de "cómo está la justicia, no tenéis otra cosa mejor que hacer" : “Por esta cantidad se
consiguen dos servicios en el barrio chino, con sus respectivas copas, ¡dónde
vamos a parar!”
martes, 24 de noviembre de 2015
Y PARIÓ LA ABUELA
Francia y Rusia fueron heridas recientemente de gravedad y sus opiniones públicas seguramente reclaman venganza acorde con la dignidad de una gran potencia. Al menos, sus gobiernos hacen lo que creen que deben hacer con esa dignidad que les toca representar. Como ofendidas, son "mano" como se diría en el mus, y se han coordinado para no tropezarse en los envites, quizá también para no bombardear dos veces el mismo objetivo; son faenas muy caras en las que se empeñan.
Parece que nadie más esté "dando leña". Aunque no es así; en Siria todos dan leña, ¿Cómo estarán sintiendo tanta leña sobre su tierra los desplazados, exiliados, refugiados, perdidos en Grecia, Turquía, en las fronteras y estaciones alambradas del Este de Europa.
Pero hoy los turcos se atrevieron a la desfachatez de derribar un avión ruso. Alegan que lo venían advirtiendo; los turcos son miembros de la OTAN y esto les vale; no creo que lo hubieran hecho ellos solitos a pulso contra Rusia, ni creo tampoco que lo hayan hecho contra la prohibición de Estados Unidos, es más, puede que lo hayan hecho con el consentimiento, consejo, incluso con el ánimo.
El mundo estaba bastante mal para que empecemos a recordar como posibles esas películas de Kubrick (tan tragicómica) o la otra más tremenda y seria en la que el presidente americano era Henry Fonda.
De bombas atómicas entre superpotencias estoy hablando.
Es apocalíptico, y yo he reaccionado pasándome hoy con los dulces navideños ¿qué importan el colesterol y el azúcar si se lía la tercera guerra mundial? Exagero, aunque no en que me he pasado con los dulces navideños.
A ver si el anticristo era el ISIS.
Quiero equivocarme en mi aprehensión, y que el viril Putin se contendrá.
Todos estamos confundidos, ¿no quedamos que, por una vez parece que sabíamos, quiénes eran los malos?
Ahora ya no sabemos ni quiénes son los peores.
Parece que nadie más esté "dando leña". Aunque no es así; en Siria todos dan leña, ¿Cómo estarán sintiendo tanta leña sobre su tierra los desplazados, exiliados, refugiados, perdidos en Grecia, Turquía, en las fronteras y estaciones alambradas del Este de Europa.
Pero hoy los turcos se atrevieron a la desfachatez de derribar un avión ruso. Alegan que lo venían advirtiendo; los turcos son miembros de la OTAN y esto les vale; no creo que lo hubieran hecho ellos solitos a pulso contra Rusia, ni creo tampoco que lo hayan hecho contra la prohibición de Estados Unidos, es más, puede que lo hayan hecho con el consentimiento, consejo, incluso con el ánimo.
El mundo estaba bastante mal para que empecemos a recordar como posibles esas películas de Kubrick (tan tragicómica) o la otra más tremenda y seria en la que el presidente americano era Henry Fonda.
De bombas atómicas entre superpotencias estoy hablando.
Es apocalíptico, y yo he reaccionado pasándome hoy con los dulces navideños ¿qué importan el colesterol y el azúcar si se lía la tercera guerra mundial? Exagero, aunque no en que me he pasado con los dulces navideños.
A ver si el anticristo era el ISIS.
Quiero equivocarme en mi aprehensión, y que el viril Putin se contendrá.
Todos estamos confundidos, ¿no quedamos que, por una vez parece que sabíamos, quiénes eran los malos?
Ahora ya no sabemos ni quiénes son los peores.
miércoles, 18 de noviembre de 2015
¿el terrorista perfecto?
Poco después del 11 de septiembre de 2001 estuve discutiendo con un amigo vasco sobre si la ETA se acabaría en poco tiempo, -que eso defendía yo- o sí quedaba mucho todavía.
Yo creo que el terrorismo auténtico es éste que ha aparecido: el terrorismo masivo, indiscriminado y suicida. El que no llama por teléfono para que desalojen. Y una vez que se presentó, languidecieron los terrorismos cobardes, pagados, que buscaban el favor y la comprensión de una parte del público. Los que se practicaban por aquí: IRA, ETA, se convirtieron por comparación, en algo casi insulso, -tampoco quiero hacerles de menos: eran asesinos-, pero infinitamente menos aterrorizadores que la irracionalidad y el desprecio por todas las vidas que practican los yihadistas.
Además, el terrorista suicida busca la sublimación de su imagen de persona absolutamente determinada por sus creencias. Una imagen que se queda en el vídeo de despedida, unido a las imágenes de la masacre que fue capaz de perpetrar. Un icono incontestable, una opinión "pura", inmutable.
He pensado estos días en que muchos etarras condenarán la barbarie indiscriminada de París. Incluso no descarto que alguno, viendo el daño que padecen las víctimas y sus familias, termine por abominar lo que él mismo hizo.
Creo que todas las personas, incluidos los terroristas no suicidas, son susceptibles de conmoverse ante el dolor de una madre a quien arrebatan a su hijo. Por eso, con el tiempo, seguro que todas las convicciones terroristas se enfriarían; sin embargo, nunca se enfrían tanto los sentimientos humanos relativos a las personas que queremos o a la salud, más importante progresivamente, según se nos va mermando.
En estos casos, el exhibicionismo de los terroristas suicidas queda ahí como ejemplo perenne, histórico, que siempre encontrará seguidores entre los fanáticos o los agraviados, porque nunca podrán defraudarles sus ídolos.
El terrorista suicida tampoco busca la razón, ni convencer, con toda la soberbia declara "ahí queda eso" soy un héroe, consecuente hasta la muerte. Veneradme, seguid mi ejemplo..., pero, por si acaso, no me pidáis explicaciones.
Para un terrorista suicida no existen ni existirán el arrepentimiento, el humor, el cambio de opinión, ni el sentido del ridículo. Nada de lo saludable, la salud es una apuesta de futuro. Ellos renuncian a su futuro vital, lo sacrifican por la causa, por la imagen
Se lo juegan todo por la causa, seguro que sus sus hagiógrafos declararán que tenían un corazón tan grande que nos les cabía en el pecho, cuando la verdad es que sólo buscaron traicioneramente destrozar corazones de personas a quienes no conocen ni quieren conocer de nada.
Ahí queda eso: un montón de carne confundida, vísceras, sangre, estertores, gritos... y el suicida que murió matando nunca será capaz de explicar "por" qué, quizá sólo "contra" qué: pura destrucción por la destrucción,
lunes, 16 de noviembre de 2015
La madre que nos parió.
Los que no somos víctimas nos olvidamos pronto de los sucesos terribles. Cada vez más pronto. Hace como seis meses un copiloto alemán mató a ciento cincuenta personas, eso todavía podemos recordarlo los que no somos víctimas, pero hace menos de veinte años unos ultraderechistas norteamericanos aparcaron un camión lleno de explosivos frente a unas oficinas de la administración y mataron a decenas de personas. Y hay terrorismo cotidiano, polvoriento, sin glamour en Irak Afganistán, Siria.... anteayer en Beirut, otra vez. Está el noruego Brodik y todos los del IRA, las FARC, los etarras...
Nosotros ya hemos olvidado a tantos, pero todos ellos reviven claramente lo suyo, que es permanente, mientras reciben, si son capaces de aguantarlas, noticias de la masacre de París.
¡Cuántas madres se llevan desgarrando tantos años por cuántas réplicas de su dolor!.
Porque es el mismo, y no lo puede haber mayor. Una de las representaciones estatuarias más importantes de nuestra cultura es la piedad. La más famosa es la de Miguel Ángel, pero hay miles; hasta en el Guernica de Picasso hay una, bien desgarrada. Yo voy a poneros la última que retraté. Fue en Benavente (Zamora)
Hoy son las madres de París las que sufren esa amputación, y pienso que son acompañadas silenciosa y verdaderamente por todas las madres que hubo antes y a las que se les van acumulando dolores y reabriendo heridas cada vez que la muerte más irracional golpea.
Quiero fijarme en esta internacional del dolor pero sé que no tengo más que una ligera idea estética de lo que pueda ser.
Desde luego, no envidio, ni quiero ponerme nunca en su lugar: el dolor tan fuerte e irreparable no es conocimiento.
domingo, 15 de noviembre de 2015
JUGADAS A LA CONTRA
No estoy muy atento a la política pero me gusta ver estas jugadas.
Las dos que voy a comentar hoy las protagoniza el gobierno del PP.
Definiré jugadas a la contra como aquellas que pretendiendo un fin evidente, indirectamente buscan otro mayor, más oscuro, cuantioso e interesante.
Veréis: recientemente el partido Podemos presentó al antiguo jefe del estado mayor de la defensa, como candidato a diputado por su formación. Este partido de gentes de poco peso, jóvenes, con vitola de parlanchines y de demagogos, se refuerza ahora con lo más sólido que hay un militar, una persona para defendernos de los que quieren matarnos y para mandar matar o mandar morir a los soldados a su mando: el militar que más mandaba en España, que estaba en la reserva y, antes de anunciar su paso a la política, pidió el retiro.
El gobierno no tendría que haber dicho nada, pero empezó a realizar declaraciones y aspavientos como si le molestara. Teóricamente las declaraciones iban contra Podemos, pero la alharaca lo que hacía era darle publicidad a que una persona tan solvente, como un militar atlético y ascético, -cuya voz no conocemos bien porque se ha mantenido discretamente en su papel- haya fichado por el partido que más crédito en la práctica necesitaba.
Esto le da votos a Podemos, pero ¿se los quita al PP?
Mi respuesta es que al PP no le quita ninguno. Se los quita al PSOE, que elevó a este militar a la máxima responsabilidad. Si el exmilitar, apuntándose al partido de Pablo Iglesias, a alguien ha traicionado no es a "los militares", ni a Esssspaña, sino al PSOE que, necesitando también apoyos grávidos para su joven líder, queda como el cornudo de esta historia.
El gobierno ha seguido haciendo alharacas que no venían a cuento como destituirle por "falta de confianza". A buenas horas. Improcedente y feo gesto: pero que sigue dando de que hablar, de manera que se siguen produciendo trasvases de votos del PSOE a Podemos. Dividid votos de la izquierda y ganaréis . Es un golpe de mano guerrillero, una operación de distracción en campo contrario, lo que hace el gobierno; y lo ejecuta sin perder demasiada credibilidad en ese asunto.
La otra jugada a la contra lleva ejecutándose cerca de cuatro años. Es la subida del IVA del 7 al 21 % en los espectáculos culturales. Esto repercute mayormente en el mundo artístico, cineastas, teatreros, músicos. Hay que decir que estas profesiones son tradicionales pedigüeños de dinero: suelen ser gente culta y buscan la calidad, así que pedirán subvenciones para que se sostenga lo artístico frente a lo comercial. Es decir piden impuestos, para pagar la cultura excelente; luego son mayoritariamente de "izquierdas".
Pero con el subidón del 7 al 21 que les han pegado, las entradas de teatro, cine y música se han encarecido y las producciones de teatro, cine y música se han reducido mandando a la gente al paro o al amateurismo.
La recaudación del IVA se ha reducido, estoy seguro de ello; es una medida contraproducente para la Hacienda Pública. Ahora, estas personas que antes pedían impuestos para ser subvencionados, se conforman -esto me lo han dicho personalmente varios actores- con que les bajen el IVA, que haya menos impuestos. aunque no haya ninguna subvención.
Con esta política han arruinado parte del "sector", con lo que hay menos personas de izquierdas trabajando y teniendo relevancia pública, luego pudiendo hacer menos declaraciones contra el gobierno. A los que se mantienen o quieren mantenerse, les han hecho cambiar de pensamiento: ahora son liberales. Bueno, no todos, pero sí una parte. Pero también escarmentados, el ministro de hacienda puede hacer mucho daño, así que a la próxima guerra en la que se meta un gobierno mejor ponerse de perfil.
En el fondo, es un genocidio ideológico en toda regla.
Las dos que voy a comentar hoy las protagoniza el gobierno del PP.
Definiré jugadas a la contra como aquellas que pretendiendo un fin evidente, indirectamente buscan otro mayor, más oscuro, cuantioso e interesante.
Veréis: recientemente el partido Podemos presentó al antiguo jefe del estado mayor de la defensa, como candidato a diputado por su formación. Este partido de gentes de poco peso, jóvenes, con vitola de parlanchines y de demagogos, se refuerza ahora con lo más sólido que hay un militar, una persona para defendernos de los que quieren matarnos y para mandar matar o mandar morir a los soldados a su mando: el militar que más mandaba en España, que estaba en la reserva y, antes de anunciar su paso a la política, pidió el retiro.
El gobierno no tendría que haber dicho nada, pero empezó a realizar declaraciones y aspavientos como si le molestara. Teóricamente las declaraciones iban contra Podemos, pero la alharaca lo que hacía era darle publicidad a que una persona tan solvente, como un militar atlético y ascético, -cuya voz no conocemos bien porque se ha mantenido discretamente en su papel- haya fichado por el partido que más crédito en la práctica necesitaba.
Esto le da votos a Podemos, pero ¿se los quita al PP?
Mi respuesta es que al PP no le quita ninguno. Se los quita al PSOE, que elevó a este militar a la máxima responsabilidad. Si el exmilitar, apuntándose al partido de Pablo Iglesias, a alguien ha traicionado no es a "los militares", ni a Esssspaña, sino al PSOE que, necesitando también apoyos grávidos para su joven líder, queda como el cornudo de esta historia.
El gobierno ha seguido haciendo alharacas que no venían a cuento como destituirle por "falta de confianza". A buenas horas. Improcedente y feo gesto: pero que sigue dando de que hablar, de manera que se siguen produciendo trasvases de votos del PSOE a Podemos. Dividid votos de la izquierda y ganaréis . Es un golpe de mano guerrillero, una operación de distracción en campo contrario, lo que hace el gobierno; y lo ejecuta sin perder demasiada credibilidad en ese asunto.
La otra jugada a la contra lleva ejecutándose cerca de cuatro años. Es la subida del IVA del 7 al 21 % en los espectáculos culturales. Esto repercute mayormente en el mundo artístico, cineastas, teatreros, músicos. Hay que decir que estas profesiones son tradicionales pedigüeños de dinero: suelen ser gente culta y buscan la calidad, así que pedirán subvenciones para que se sostenga lo artístico frente a lo comercial. Es decir piden impuestos, para pagar la cultura excelente; luego son mayoritariamente de "izquierdas".
Pero con el subidón del 7 al 21 que les han pegado, las entradas de teatro, cine y música se han encarecido y las producciones de teatro, cine y música se han reducido mandando a la gente al paro o al amateurismo.
La recaudación del IVA se ha reducido, estoy seguro de ello; es una medida contraproducente para la Hacienda Pública. Ahora, estas personas que antes pedían impuestos para ser subvencionados, se conforman -esto me lo han dicho personalmente varios actores- con que les bajen el IVA, que haya menos impuestos. aunque no haya ninguna subvención.
Con esta política han arruinado parte del "sector", con lo que hay menos personas de izquierdas trabajando y teniendo relevancia pública, luego pudiendo hacer menos declaraciones contra el gobierno. A los que se mantienen o quieren mantenerse, les han hecho cambiar de pensamiento: ahora son liberales. Bueno, no todos, pero sí una parte. Pero también escarmentados, el ministro de hacienda puede hacer mucho daño, así que a la próxima guerra en la que se meta un gobierno mejor ponerse de perfil.
En el fondo, es un genocidio ideológico en toda regla.
jueves, 12 de noviembre de 2015
¿POR LA DESMEMORIA HISTÓRICA?
El pasado lunes 9 pusieron en la segunda cadena de Televisión Española una película de 1936. Por ese exclusivo motivo me quedé a verla. Obviamente era anterior al 18 de julio, inicio de La Guerra.
La presentadora dijo que sería un descubrimiento para la mayoría de los espectadores.
Es un musical muy agradable, -aunque quizá demasiado trasnochado para los gustos de ahora-, que tiene un 80% de música, bailes y figurantes que hubiera tenido uno de Fred Astaire. El protagonista fue encarnado por el actor Roberto Rey que, aparte de cantar, bailaba muy bien el vals.
Cuenta una historia romántica en el entorno de una fábrica de galletas. Hay obreras, obreros y jefes, pero no aparece nada ideológico.
¿Y por qué pienso yo que podría ser ideológico? Será porque todo el cine posterior a la guerra tenía que ver con el imperio o la guerra civil, o los santos; algo bastante sombrío y nunca exento de ideología e imágenes convenientes para el régimen. No sé el tiempo que tardó en hacerse en la posguerra franquista un cine sin sabor a plomo, a hierro, o a incienso.
Sin querer, uno se figura que las cosas en el 36 estarían bastante crispadas: había algunos asesinatos políticos, aceleración de la reforma agraria paralizada por el bienio negro, liberación de obreros asturianos presos tras la "revolución" de 1934, discursos altisonantes en el parlamento...
Pero no era así, España estaba dentro de unos quicios razonables; podía haberse librado perfectamente de la guerra civil, el ambiente no era un polvorín, ni la ideología del Frente Popular era totalitaria o intervencionista, como lo que vino después. (Yo esto ya lo había comprobado al conocer la revista Avila Turística, que se crea en 1935, para satisfacer la pacífica demanda de hacer turismo en esa provincia).
Mucha gente no sabe que era una república burguesa hasta el punto de que ni siquiera a la llegada del Frente Popular, se establecieron relaciones diplomáticas con la URSS. Eso fue ya en plena Guerra Civil (los estaban comprando tanques y aviones).
Sucede que yo, a pesar de ser un estudioso de la Guerra Civil, no puedo evitar tener en la mente eso que preconizan y machacan los franquistas: que la guerra ya estaba en marcha, que la empezaron los asturianos en 1934, que el ambiente era apocalíptico, cuando no es así. Parece mentira que todavía haya que afirmar esto: la guerra la empezaron los conspiradores civiles y militares el 18 de julio de 1.936 y, como les salió tan monstruosa, siempre han tratado, desde Arrarás a Pío Moa, de cargarle el "muerto" de haberla empezado " a los rojos".
Esta encantadora película http://www.rtve.es/alacarta/videos/historia-de-nuestro-cine/historia-nuestro-cine-bailarin-trabajador/3354438/estremece a un servidor porque piensa que en unos meses todos los personajes que participaron en ella empezaron a sufrir bombardeos, asesinatos, alistamientos, controles, escaseces y otras penurias sin cuento pero eso no es lo más importante, ni lo más revelador.
El hecho de que ahora muchos la descubramos, y que mis padres que nacieron en el 1937 y en el 1940 no la vieran nunca, y si vieron Raza o Balarrasa o el Alcázar no se rinde. ¿Por qué un estupendo vehículo de entretenimiento, de bella factura y rotunda fotografía, fue silenciado en su tiempo?
Y contesto: porque hablaba de paz y alegría en 1936. Porque desarmaba la guerra.
La presentadora dijo que sería un descubrimiento para la mayoría de los espectadores.
Es un musical muy agradable, -aunque quizá demasiado trasnochado para los gustos de ahora-, que tiene un 80% de música, bailes y figurantes que hubiera tenido uno de Fred Astaire. El protagonista fue encarnado por el actor Roberto Rey que, aparte de cantar, bailaba muy bien el vals.
Cuenta una historia romántica en el entorno de una fábrica de galletas. Hay obreras, obreros y jefes, pero no aparece nada ideológico.
¿Y por qué pienso yo que podría ser ideológico? Será porque todo el cine posterior a la guerra tenía que ver con el imperio o la guerra civil, o los santos; algo bastante sombrío y nunca exento de ideología e imágenes convenientes para el régimen. No sé el tiempo que tardó en hacerse en la posguerra franquista un cine sin sabor a plomo, a hierro, o a incienso.
Sin querer, uno se figura que las cosas en el 36 estarían bastante crispadas: había algunos asesinatos políticos, aceleración de la reforma agraria paralizada por el bienio negro, liberación de obreros asturianos presos tras la "revolución" de 1934, discursos altisonantes en el parlamento...
Pero no era así, España estaba dentro de unos quicios razonables; podía haberse librado perfectamente de la guerra civil, el ambiente no era un polvorín, ni la ideología del Frente Popular era totalitaria o intervencionista, como lo que vino después. (Yo esto ya lo había comprobado al conocer la revista Avila Turística, que se crea en 1935, para satisfacer la pacífica demanda de hacer turismo en esa provincia).
Mucha gente no sabe que era una república burguesa hasta el punto de que ni siquiera a la llegada del Frente Popular, se establecieron relaciones diplomáticas con la URSS. Eso fue ya en plena Guerra Civil (los estaban comprando tanques y aviones).
Sucede que yo, a pesar de ser un estudioso de la Guerra Civil, no puedo evitar tener en la mente eso que preconizan y machacan los franquistas: que la guerra ya estaba en marcha, que la empezaron los asturianos en 1934, que el ambiente era apocalíptico, cuando no es así. Parece mentira que todavía haya que afirmar esto: la guerra la empezaron los conspiradores civiles y militares el 18 de julio de 1.936 y, como les salió tan monstruosa, siempre han tratado, desde Arrarás a Pío Moa, de cargarle el "muerto" de haberla empezado " a los rojos".
Esta encantadora película http://www.rtve.es/alacarta/videos/historia-de-nuestro-cine/historia-nuestro-cine-bailarin-trabajador/3354438/estremece a un servidor porque piensa que en unos meses todos los personajes que participaron en ella empezaron a sufrir bombardeos, asesinatos, alistamientos, controles, escaseces y otras penurias sin cuento pero eso no es lo más importante, ni lo más revelador.
El hecho de que ahora muchos la descubramos, y que mis padres que nacieron en el 1937 y en el 1940 no la vieran nunca, y si vieron Raza o Balarrasa o el Alcázar no se rinde. ¿Por qué un estupendo vehículo de entretenimiento, de bella factura y rotunda fotografía, fue silenciado en su tiempo?
Y contesto: porque hablaba de paz y alegría en 1936. Porque desarmaba la guerra.
martes, 10 de noviembre de 2015
El ocaso del relato oral.
Mis lectores sabéis que este año hice un extraordinario viaje a París y podéis deducir por mis palabras que es una ciudad impresionante, que motiva muchas reacciones sentimentales y que alguien que se pretende escritor, como yo, debiera haber escrito y descrito muchas páginas con tanta vida.
Pero no. Uno va acompañado de una cámara de ilimitadas fotos, que pueden y, de hecho, se hacen a cualquiera de las cosas que nos llamen la atención, ahorrándonos hasta la tarea de comprenderlas, incluso de saber si merecen la pena o no.
(en todas las cámaras existe un dibujito que representa un cubo de basura, donde irá a parar todo lo que deseemos: yo creo que es la máxima expresión del concepto: usar y tirar)
Si yo hubiera ido hace 20 años a París, habría hecho cinco o seis carretes de treinta y seis fotos, todas muy pensadas y esenciales, condurándolas (el procesador de Google me subraya en rojo porque desconoce este económico verbo de mi pueblo) y por la noche, en el hotel, me habría sentado a escribir impresiones. Además, a la vuelta, habría escrito una relación de momentos, vivencias y sentimientos.
Pero no, por la noche cargaba la agotada batería de la cámara y examinaba en el mapa el plan para el día siguiente. Mi voracidad turística, perezosa y confiada en las imágenes almacenadas, decidía ahorrarse las palabras.
Sí, porque una imagen ya no vale mil palabras; ni siquiera vale una palabra. El turista ya no piensa, fotografía, y si quiere explicar algo hace más fotografías explicativas, o mejor un vídeo. Y el turista pierde palabras y la emoción que no puede verse, y la evocación: toda la fantasía de hipérboles y comparaciones deviene obsoleta, anticuada, fatigosa.
Yo no sé si -creo que no- conté a mi madre el viaje. No me lo demandó, ni yo se lo ofrecí. Mi hija se lo adelantaba por guasap. Con un pincho se conecta a la televisión y uno puede repasar las 4.000 fotos ilustrando con un breve comentario, pero como mi imaginódromo es tan grande y carece de la selección que antes hacíamos al fotografiar, resulta un agobio y creo que esta vez ni las he mostrado. Recuerdo que el viaje del año pasado a Roma sí lo inicié, aunque mi madre se cansó antes de llegar a las quinientas fotos.
Hay que usar el cubo de la basura de las fotografías. Seguramente, si hubiera hecho un relato del viaje describiendo estatuas, cuadros, puentes, edificios..., mi madre me habría escuchado con más atención y habría deseado viajar a verlo.
Y es que las imágenes también apabullan: su exceso atora el deseo, que es algo sentimental, fantasioso, el deseo es algo maravilloso, y lo maravilloso se da de tortas con lo evidente, con lo machacón.
Incluso aquí en este blog literario, no me esmeré, ni me molesté en narrar cosas que pude explicar por foto.
Incluso ahora, cuando no pongo foto en un artículo, me parece que está cojo, plano, soso. Llevo dos artículos hablando de Galdós y sentía que ya necesitaba imagen: tuve que hacer un esfuerzo para reunir y fotografiar mis libros (no quería aburrir solo con palabras)
El mundo escribe en guasap, por twitter y facebook con muchas faltas de ortografía y palabras como jajajaja, o !!!!!!, además de emoticonos. Sobre los emoticonos, el más popular es una carita sonriente, para que se vea la ironía de una frase escrita sin molestarse en lograrla por escrito, o para decir, "no te mosquees, entiéndelo por el lado bueno".
Unamuno escribió "la agonía del cristianismo" y ahí siempre nos explicaban en el instituto que Unamuno era catedrático de Griego y que el verbo "agoneo" significa luchar, no morir. No sé si puede hablarse de la agonía del relato, pero probablemente el relato para las generaciones venideras (multifotografiantes y multifotografiadas desde chicos) ya está agonizando.
Las fotos comunican pero también incomunican.
Pero no. Uno va acompañado de una cámara de ilimitadas fotos, que pueden y, de hecho, se hacen a cualquiera de las cosas que nos llamen la atención, ahorrándonos hasta la tarea de comprenderlas, incluso de saber si merecen la pena o no.
(en todas las cámaras existe un dibujito que representa un cubo de basura, donde irá a parar todo lo que deseemos: yo creo que es la máxima expresión del concepto: usar y tirar)
Si yo hubiera ido hace 20 años a París, habría hecho cinco o seis carretes de treinta y seis fotos, todas muy pensadas y esenciales, condurándolas (el procesador de Google me subraya en rojo porque desconoce este económico verbo de mi pueblo) y por la noche, en el hotel, me habría sentado a escribir impresiones. Además, a la vuelta, habría escrito una relación de momentos, vivencias y sentimientos.
Pero no, por la noche cargaba la agotada batería de la cámara y examinaba en el mapa el plan para el día siguiente. Mi voracidad turística, perezosa y confiada en las imágenes almacenadas, decidía ahorrarse las palabras.
Sí, porque una imagen ya no vale mil palabras; ni siquiera vale una palabra. El turista ya no piensa, fotografía, y si quiere explicar algo hace más fotografías explicativas, o mejor un vídeo. Y el turista pierde palabras y la emoción que no puede verse, y la evocación: toda la fantasía de hipérboles y comparaciones deviene obsoleta, anticuada, fatigosa.
Yo no sé si -creo que no- conté a mi madre el viaje. No me lo demandó, ni yo se lo ofrecí. Mi hija se lo adelantaba por guasap. Con un pincho se conecta a la televisión y uno puede repasar las 4.000 fotos ilustrando con un breve comentario, pero como mi imaginódromo es tan grande y carece de la selección que antes hacíamos al fotografiar, resulta un agobio y creo que esta vez ni las he mostrado. Recuerdo que el viaje del año pasado a Roma sí lo inicié, aunque mi madre se cansó antes de llegar a las quinientas fotos.
Hay que usar el cubo de la basura de las fotografías. Seguramente, si hubiera hecho un relato del viaje describiendo estatuas, cuadros, puentes, edificios..., mi madre me habría escuchado con más atención y habría deseado viajar a verlo.
Y es que las imágenes también apabullan: su exceso atora el deseo, que es algo sentimental, fantasioso, el deseo es algo maravilloso, y lo maravilloso se da de tortas con lo evidente, con lo machacón.
Incluso aquí en este blog literario, no me esmeré, ni me molesté en narrar cosas que pude explicar por foto.
Incluso ahora, cuando no pongo foto en un artículo, me parece que está cojo, plano, soso. Llevo dos artículos hablando de Galdós y sentía que ya necesitaba imagen: tuve que hacer un esfuerzo para reunir y fotografiar mis libros (no quería aburrir solo con palabras)
El mundo escribe en guasap, por twitter y facebook con muchas faltas de ortografía y palabras como jajajaja, o !!!!!!, además de emoticonos. Sobre los emoticonos, el más popular es una carita sonriente, para que se vea la ironía de una frase escrita sin molestarse en lograrla por escrito, o para decir, "no te mosquees, entiéndelo por el lado bueno".
Unamuno escribió "la agonía del cristianismo" y ahí siempre nos explicaban en el instituto que Unamuno era catedrático de Griego y que el verbo "agoneo" significa luchar, no morir. No sé si puede hablarse de la agonía del relato, pero probablemente el relato para las generaciones venideras (multifotografiantes y multifotografiadas desde chicos) ya está agonizando.
Las fotos comunican pero también incomunican.
jueves, 5 de noviembre de 2015
LOS EPISODIOS NACIONALES DE BENITO PÉREZ GALDÓS
Sin duda sería la novela histórica lapidaria de España, si hubiera lápidas y marmolistas
suficientes para grabar sus miles de folios. Voy a tardar años en leerlos, pero
no me dará tedio; estoy seguro. Es una habilísima trama que, de momento, cuenta
la vida de un niño, Gabriel, que crece y madura
tropezando con la historia española desde primeros del siglo XIX.
Como novela
está muy bien, y como historia histórica es apasionante.
Cuando yo leo
un libro a menudo existe la incertidumbre sobre si podré con él: Muchas veces
miro los números de las páginas para calcular cuándo llegaré a la mitad. Sé
que, por ejemplo, cuando paso de las doscientas, acabaré un libro de
cuatrocientas; aquí, teóricamente, cuando pase de las 2343 (estos tres volúmenes suman 4.686 descontando un extenso glosario de personajes), -no creo que antes de la próxima primavera logre tamaño jalón-, estaría vencida. Pero con esta obra no importa: sé que si
la salud o un trabajo absorbente y agotador me lo impiden, lo voy a leer hasta el final. Pero no estoy mirando las páginas: da vértigo.
Me congratula
todo lo que aprovecha Galdós para diseccionar políticamente el carácter del
español y también que lo hace con muchísimo sentido del humor. He leído y tengo en mi
biblioteca muchas obras de este autor y no le atribuía el especial brillo cómico
que ahora estoy gozando en esta lectura.
Pienso que, al
menos, alguno de estos episodios deberían ser obra de obligada lectura para los
bachilleres españoles. Por lo ameno y lo didáctico, y por la riqueza de su idioma e
imágenes literarias, incluidos refranes.
No debían obligar el Quijote, que es un alarde que precisa de mucha preparación; mandarlo a los bachilleres es una quijotada sin provecho en el 95% de la gente. Yo, supuestamente, leí el Quijote con 15 años, pero realmente lo tuve pendiente hasta los 34, cuando lo disfruté a conciencia.
No debían obligar el Quijote, que es un alarde que precisa de mucha preparación; mandarlo a los bachilleres es una quijotada sin provecho en el 95% de la gente. Yo, supuestamente, leí el Quijote con 15 años, pero realmente lo tuve pendiente hasta los 34, cuando lo disfruté a conciencia.
Sin embargo,
los Episodios Nacionales se leen con mucha facilidad, sólo es necesaria una
poca de información histórica.
Ya os iré
enterando de todo lo que me gustan.
lunes, 2 de noviembre de 2015
ESTABA ESCRITO
He comenzado la gozosa tarea de leerme los Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós. Creo que es una obra imprescindible para todo español que se tenga por lector.
No me agradan los tumultos. No me agrada -ni a Galdós tampoco, según mi criterio- ni siquiera el Motín de Aranjuez, que propició la caída de Godoy. Sin embargo hay dos excepciones en la historia de España.
Dejémosnos mecer por la épica del dos de mayo de 1808:
Durante nuestra conversación advertí que la multitud aumentaba, apretándose más. Componíanla personas de uno u otro sexo y de todas las clases de la sociedad espontáneamente reunidas por uno de esos llamamientos morales, íntimos, misteriosos, informulados, que no parten de ninguna voz oficial y resuenan de improviso en los oídos de un pueblo entero, hablándole el balbuciente lenguaje de la inspiración. La campana de ese rebato glorioso no suena sino cuando son muchos los corazones dispuestos a palpitar en consonancia con su anhelante ritmo, y raras veces presenta la Historia ejemplos como aquél, porque el sentimiento patrio no hace milagros sino cuando es una condensación colosal, una unidad sin discrepancias de ningún género, y por tanto, una fuerza irresistible y superior a cuantos obstáculos puedan oponerle los recursos materiales, el genio militar y la muchedumbre de enemigos...
En 2003 el gobierno de José María Aznar metió a España en la Guerra de Irak. Muchos nos manifestamos contra esa inclusión. Poco después se produjo un atentado con bomba en la casa de España en Casablanca (Marruecos), hubo muertos que tenían que ver con esa guerra. Poco más tarde, el 11 de marzo de 2004, se produjo en Madrid el mayor atentado terrorista de la historia de Europa: casi doscientos muertos.
Faltaban dos días para las elecciones generales y el gobierno del Partido Popular trató de desviar la atención, incluso logrando una resolución de las Naciones Unidas en las que se imputaba el atentado a ETA, nuestros terroristas locales. Se trataba por el gobierno de Aznar, de ganar tiempo para que las urnas no le pasaran la factura de esa guerra impopular. Sin embargo, la gente se unió para tomar las calles y gritar a las puertas de las sedes de esos partidos "antes de votar, queremos la verdad" Y el Partido Popular pasó de tener mayoría absoluta a la oposición.
Fue un gran momento que, como vemos, ya estaba escrito desde Julio de 1873.
viernes, 30 de octubre de 2015
SOBRE LA CARNE WOLKSWAGEN
Hace más de 30 años, cuando yo estudiaba economía se nos describían dos movimientos clásicos para aumentar la demanda mediante "estudios" "científicos" pagados:
1) la publicidad directa; ejemplos que nos cuentan de vez en cuando como grandes noticias: dos copitas de vino al día favorecen la salud. La cerveza adelgaza, es anticancerígena y está demostrado que no disminuye la potencia sexual .
2) perjudicar a la demanda de los productos competidores. Ha habido campañas contra los cerdos, contra los pollos, contra las vacas, contra el aceite de girasol, contra determinados pescados...
Los poderes públicos deben velar porque los productos se críen, se cultiven, se capturen, de manera que lo que llegue al consumidor no sea nocivo y, de lo contrario, prohibirlo. Pero no deben permitir estas campañas aterrorizadoras; no se juega con las cosas de comer.
Resulta que por presiones de la Wolkswagen, -o para no perder puestos de trabajo- en Europa ya se va "a levantar la mano" en cuestión de contaminación automovilística. Esa noticia, escandalosa por la "bajada de pantalones que supone" y, más todavía, por el desprecio a la salud que lleva consigo, la mezclamos con la cortina de humo de lo peligroso que tienen las carnes elaboradas y la carne roja sin elaborar.
Me parece muy mal el aviso inconcreto de las carnes elaboradas. No es lo mismo echar sal, vino orégano y pimentón y sacarlo al frío como hacía mi madre el chorizo, o sólo sal para elaborar jamón, que las moliendas y aditivos que tenga una salchicha industrial de tipo Frankfurt o Viena.
Supongo También que un estudio -riguroso como debe ser éste- debe decir "tal o cual" conservante o proceso es malo, o unos son peores que otros. No sé pero, creo que eso no está especificado en el estudio (no puedo estar seguro porque yo no me lo he estudiado y declaro que conscientemente no pienso hacerlo caso como la mayoría de la gente, pero mi subconsciente es un poco inconsciente y lo controlo menos).
Yo creo que es la primera vez que un estudio negativo sobre productos cárnicos no lo pagan las empresas pesqueras ni las avícolas, ni las lácteas, ni las frutícolas. Porque este estudio a quien más beneficia, -por tanto, yo creo que lo ha pagado- es a la multinacional alemana que más coches vendía hasta que alguien publicó un estudio que sí era concreto y demoledor, con culpables de mala fe. Con delincuentes. (aunque muy ricos y poderosos) Pero ya estamos pasando página.
Pues eso: conversaciones de ascensor, paja para los pesebres tertulianos, carne de chistes. Estoy convencido de que lo más sano es comer poco y cultivar la propia comida. Pero mi huerto da hortalizas sólo durante cuatro meses y me gusta el pan la carne el pescado y hasta el chocolate..., aunque lo tenga prohibido
1) la publicidad directa; ejemplos que nos cuentan de vez en cuando como grandes noticias: dos copitas de vino al día favorecen la salud. La cerveza adelgaza, es anticancerígena y está demostrado que no disminuye la potencia sexual .
2) perjudicar a la demanda de los productos competidores. Ha habido campañas contra los cerdos, contra los pollos, contra las vacas, contra el aceite de girasol, contra determinados pescados...
Los poderes públicos deben velar porque los productos se críen, se cultiven, se capturen, de manera que lo que llegue al consumidor no sea nocivo y, de lo contrario, prohibirlo. Pero no deben permitir estas campañas aterrorizadoras; no se juega con las cosas de comer.
Resulta que por presiones de la Wolkswagen, -o para no perder puestos de trabajo- en Europa ya se va "a levantar la mano" en cuestión de contaminación automovilística. Esa noticia, escandalosa por la "bajada de pantalones que supone" y, más todavía, por el desprecio a la salud que lleva consigo, la mezclamos con la cortina de humo de lo peligroso que tienen las carnes elaboradas y la carne roja sin elaborar.
Me parece muy mal el aviso inconcreto de las carnes elaboradas. No es lo mismo echar sal, vino orégano y pimentón y sacarlo al frío como hacía mi madre el chorizo, o sólo sal para elaborar jamón, que las moliendas y aditivos que tenga una salchicha industrial de tipo Frankfurt o Viena.
Supongo También que un estudio -riguroso como debe ser éste- debe decir "tal o cual" conservante o proceso es malo, o unos son peores que otros. No sé pero, creo que eso no está especificado en el estudio (no puedo estar seguro porque yo no me lo he estudiado y declaro que conscientemente no pienso hacerlo caso como la mayoría de la gente, pero mi subconsciente es un poco inconsciente y lo controlo menos).
Yo creo que es la primera vez que un estudio negativo sobre productos cárnicos no lo pagan las empresas pesqueras ni las avícolas, ni las lácteas, ni las frutícolas. Porque este estudio a quien más beneficia, -por tanto, yo creo que lo ha pagado- es a la multinacional alemana que más coches vendía hasta que alguien publicó un estudio que sí era concreto y demoledor, con culpables de mala fe. Con delincuentes. (aunque muy ricos y poderosos) Pero ya estamos pasando página.
Pues eso: conversaciones de ascensor, paja para los pesebres tertulianos, carne de chistes. Estoy convencido de que lo más sano es comer poco y cultivar la propia comida. Pero mi huerto da hortalizas sólo durante cuatro meses y me gusta el pan la carne el pescado y hasta el chocolate..., aunque lo tenga prohibido
lunes, 26 de octubre de 2015
El Blog de Luis Pancorbo
No sé por qué nunca hablé aquí de mi devoción por ese personaje y de su programa "Otros Pueblos". Durante cerca de treinta años viajó por el mundo para, con su candil, enseñarnos al hombre. Yo, desde que tuve videograbador, atesoro estos programas televisivos, pero lo tenía un poco atrás en la atención: probablemente es porque desde años me da pereza meter cintas en ese aparato, (como un tonto paso los treinta canales de la tele con más inercia que fe en encontrar algo bueno) que aún tengo en uso y que asocio a él. (También a Richard Atembourg)
Y he descubierto que desde 2008 tiene un blog, y además la deferencia de contestar personalmente a sus comentaristas. Tremendo nivel hay, pero yo quiero ser de ese sitio.
Creo que Otros Pueblos recorrió el mundo, al hombre, en los albores de la globalización. Y era creíble, ahora sería increíble encontrar esas tribus, incluso encontrar esos países, sin iphones, sin camisetas de Messi y sin coches Toyota.
Fue oportuno y todo estaba muy estudiado. No era el ¡mirad que bonito o qué raro!. Esos programas viajeros que abundan que nos descubren las costumbres, pero no sus porqués.
El programa del que soy devoto es hijo de un concepto redentor que tenía la televisión pública. ¿Por qué, si nos tenían "secuestrados" con solo dos canales, no aprovechar para elevar el nivel cultural de los televidentes españoles? Ese concepto de Televisón Pública, que entonces se criticaba ácidamente, a pesar de estos programas de incontestable calidad, se fue socavando primero al llegar las privadas y escribir en necio para el vulgo. Pero lo peor está ahora: treinta canales de contenido generalmente barato y de una baratura intelectual que, en casi todas las ocasiones, ronda lo vergonzoso.
http://www.rtve.es/alacarta/videos/otros-pueblos/otros-pueblos-piel-toro/1956187/
Este programa que os enlazo no trata de otros pueblos, sino de España. Y si tuviérais una hora libre os aseguro que estaría muy bien empleada en verlo. A los amigos de los premios les informo que le dieron un Ondas.
se me olvidaba un enlace con la última entrada del blog http://luispancorbo.blogspot.com.es/2015/10/doce-de-octubre-y-lo-que-venga.html
Y he descubierto que desde 2008 tiene un blog, y además la deferencia de contestar personalmente a sus comentaristas. Tremendo nivel hay, pero yo quiero ser de ese sitio.
Creo que Otros Pueblos recorrió el mundo, al hombre, en los albores de la globalización. Y era creíble, ahora sería increíble encontrar esas tribus, incluso encontrar esos países, sin iphones, sin camisetas de Messi y sin coches Toyota.
Fue oportuno y todo estaba muy estudiado. No era el ¡mirad que bonito o qué raro!. Esos programas viajeros que abundan que nos descubren las costumbres, pero no sus porqués.
El programa del que soy devoto es hijo de un concepto redentor que tenía la televisión pública. ¿Por qué, si nos tenían "secuestrados" con solo dos canales, no aprovechar para elevar el nivel cultural de los televidentes españoles? Ese concepto de Televisón Pública, que entonces se criticaba ácidamente, a pesar de estos programas de incontestable calidad, se fue socavando primero al llegar las privadas y escribir en necio para el vulgo. Pero lo peor está ahora: treinta canales de contenido generalmente barato y de una baratura intelectual que, en casi todas las ocasiones, ronda lo vergonzoso.
http://www.rtve.es/alacarta/videos/otros-pueblos/otros-pueblos-piel-toro/1956187/
Este programa que os enlazo no trata de otros pueblos, sino de España. Y si tuviérais una hora libre os aseguro que estaría muy bien empleada en verlo. A los amigos de los premios les informo que le dieron un Ondas.
se me olvidaba un enlace con la última entrada del blog http://luispancorbo.blogspot.com.es/2015/10/doce-de-octubre-y-lo-que-venga.html
miércoles, 21 de octubre de 2015
DEBEMOS TANTO AL AUTORITARISMO DEL HIJO ÚNICO.
Pienso que el principal problema de la Humanidad es la superpoblación. Los humanos somos una especie voraz, y el mundo: los demás seres vivos y nosotros mismos, peligra por las groseras maneras que tenemos de expandirnos y acomodarnos.
En los países desarrollados, que somos los que más estropeamos por habitante, la situación de la epidemia de individuos se enmendó con el trabajo de la mujer fuera de casa y los anticonceptivos; pero el resto de la humanidad, que ahora tiene a su favor -y en su contra- un arsenal de ventajas médicas, crece descontroladamente y, además, querría apuntarse cuanto antes al carro del consumo que tenemos los ricos.
El mundo no puede soportar que se le dé de sí tanto, que se le saque de sus quicios. Estas calorinas huracanes y tifones tan abundantes últimamente son estornudos, síntomas de una enfermedad que deberíamos auscultar y curar.
Si no
hemos aprendido como género a limitar nuestra acción nociva y regateamos como
chalanes los acuerdos de Kyoto y hasta los alemanes, tan
pluscuamperfectos, ecológicos y exigentes, hacían trampas para ensuciar.
En los países desarrollados, que somos los que más estropeamos por habitante, la situación de la epidemia de individuos se enmendó con el trabajo de la mujer fuera de casa y los anticonceptivos; pero el resto de la humanidad, que ahora tiene a su favor -y en su contra- un arsenal de ventajas médicas, crece descontroladamente y, además, querría apuntarse cuanto antes al carro del consumo que tenemos los ricos.
El mundo no puede soportar que se le dé de sí tanto, que se le saque de sus quicios. Estas calorinas huracanes y tifones tan abundantes últimamente son estornudos, síntomas de una enfermedad que deberíamos auscultar y curar.
No queda elegante alabar a una dictadura por algo inhumano como la política del hijo único, limitar drásticamente un derecho natural tan básico como prolongar su vida. Pero tenemos que vernos como especie, desde un punto de vista global. Los humanos somos una epidemia devastadora para el planeta.
Si no
hemos aprendido como género a limitar nuestra acción nociva y regateamos como
chalanes los acuerdos de Kyoto y hasta los alemanes, tan
pluscuamperfectos, ecológicos y exigentes, hacían trampas para ensuciar.
Se ve que hace falta un
padre, un ser superior a los humanos, que nos eduque, que nos obligue, que nos deje sin postre, que nos pegue.., porque nosotros somos niños mal criados. Al final nos desheredará.
(Aunque creo
haber escuchado que el padrecito Mao se montaba tremendas orgías y quizá
tuviera varios hijos.)
Lo que prueba
una vez más eso que siempre se dijo de los curas “haced lo que predico, pero no
se os ocurra seguir mi ejemplo.
En cualquier
caso: hoy quiero desde este humilde bolg dar gracias a Mao y a sus seguidores. Fueron generosos porque 300 millones de chinos más, más nos aplastarían a todos los demás económica y militarmente, y ese poder suele gustar a los gobernantes.
Con trescientos millones de chinos
menos que nos ahorraron, quizá aún nos quede un plazo para
rectificar nuestro suicidio planetario.
miércoles, 14 de octubre de 2015
15 años tiene mi amor
https://www.youtube.com/watch?v=1epX4cNqFK0
Algo habremos hecho bien cuando nos ha salido una hija así. A cualquier edad prometía y a la vez estaba cumpliendo. Todo ha sido satisfacción; lo que más recomiendo de mi vida es la paternidad.
No sé donde llegará. Ella actúa en público con el piano desde los cinco años y nunca la he visto nerviosa; al contrario, me parece que se crece en público. Yo me pongo nervioso por ella cuando va a actuar, porque cuando actúo no sirvo, me atasco. Me maravilla su desparpajo, tiene una convicción que no es mía, que yo no he sabido nunca proyectar.
Nunca le hemos cortado las alas, pero no creo que con eso sea suficiente; algo debemos tener en los genes, y lo estamos haciendo bien en nuestra educación y en nuestros ejemplos.
Quizá os parezca un poco parcial, pero estoy orgulloso.https://youtu.be/r4t2XdhSV7c
Perdonad.
Algo habremos hecho bien cuando nos ha salido una hija así. A cualquier edad prometía y a la vez estaba cumpliendo. Todo ha sido satisfacción; lo que más recomiendo de mi vida es la paternidad.
No sé donde llegará. Ella actúa en público con el piano desde los cinco años y nunca la he visto nerviosa; al contrario, me parece que se crece en público. Yo me pongo nervioso por ella cuando va a actuar, porque cuando actúo no sirvo, me atasco. Me maravilla su desparpajo, tiene una convicción que no es mía, que yo no he sabido nunca proyectar.
Nunca le hemos cortado las alas, pero no creo que con eso sea suficiente; algo debemos tener en los genes, y lo estamos haciendo bien en nuestra educación y en nuestros ejemplos.
Quizá os parezca un poco parcial, pero estoy orgulloso.https://youtu.be/r4t2XdhSV7c
Perdonad.
viernes, 9 de octubre de 2015
Otro orgasmo.
Me va entrando cada vez más sabiduría a medida que me adentro en la vejez. Ayer disfruté conscientemente de una situación placentera, hondamente placentera; tanto (y no me lo hubiera reconocido -y mucho menos en público- con menos de 50 años) como un buen orgasmo. Y fui feliz reconociéndolo.
Veréis.
Al salir del trabajo tengo que subir unas escaleras con bastante pendiente. Normalmente giro a la izquierda, subo otros escalones y entro al servicio a orinar. Ayer ya sentía la llamada, la sutil presión. Llegó la hora y no encontraba las llaves para cerrar la oficina e irme. No era posible que las hubiera perdido fuera porque había abierto por la mañana. Me volví loco durante cinco minutos buscándolas y volviéndolas a buscar en el mismo sitio..., cajones, bolsillos, interscticios de sillones, el suelo, detrás de los radiadores, debajo de los teclados, otra vez bolsillos.... pero a la vez, me estaba meando, juntaba las rodillas y, como no quería subir dos veces las escaleras; trataba de aguantar hasta que las encontrara. En un ataque de razón, claudiqué. Me rendí y me fui entre apreturas, sin haber encontrado las llaves, sin cerrar la puerta, deseando que nadie estuviera ocupando en ese momento el cuarto de aseo, a la urgencia. Y llegué penosamente, cruzando las piernas y aguantándome el paquete.
Nadie estaba en el baño y pude mear a gusto, muy a gusto.
Y pensé que cuando uno está en la prestigiada faena orgásmica trata de aguantar los segundos de placer y de atenazar los momentos, los tactos, las convulsiones..., de ser hiperconsciente de todo, un poco desesperadamente, como un gourmet, antes de que se vaya.
Ayer hice yo lo mismo mientras meaba. Fue casi un minuto de oír el chorro y sentir la dulce liberación del escroto, de la próstata, de la vejiga.., disfruté como una erección dentro de la pelvis, y me concentré en eso: en gozar.
Había tenido una escalada al cenit del gusto y ahora soy tan inteligente para apurar el goce de ese privilegio con los cinco sentidos; aunque no tenga la épica, la mística, el orgullo contable, de una conquista amorosa. Pero un placer igual de mayúsculo.
Después bajé tranquilamente las escaleras y volví a la oficina donde, con la tranquilidad del reposo y la bajada del ritmo cardíaco y la ecuanimidad que da un buen polvo, encontré las llaves.
Y salí a la calle, quince minutos más tarde, con una sonrisa de bobo encantado que nadie comprendería.
Veréis.
Al salir del trabajo tengo que subir unas escaleras con bastante pendiente. Normalmente giro a la izquierda, subo otros escalones y entro al servicio a orinar. Ayer ya sentía la llamada, la sutil presión. Llegó la hora y no encontraba las llaves para cerrar la oficina e irme. No era posible que las hubiera perdido fuera porque había abierto por la mañana. Me volví loco durante cinco minutos buscándolas y volviéndolas a buscar en el mismo sitio..., cajones, bolsillos, interscticios de sillones, el suelo, detrás de los radiadores, debajo de los teclados, otra vez bolsillos.... pero a la vez, me estaba meando, juntaba las rodillas y, como no quería subir dos veces las escaleras; trataba de aguantar hasta que las encontrara. En un ataque de razón, claudiqué. Me rendí y me fui entre apreturas, sin haber encontrado las llaves, sin cerrar la puerta, deseando que nadie estuviera ocupando en ese momento el cuarto de aseo, a la urgencia. Y llegué penosamente, cruzando las piernas y aguantándome el paquete.
Nadie estaba en el baño y pude mear a gusto, muy a gusto.
Y pensé que cuando uno está en la prestigiada faena orgásmica trata de aguantar los segundos de placer y de atenazar los momentos, los tactos, las convulsiones..., de ser hiperconsciente de todo, un poco desesperadamente, como un gourmet, antes de que se vaya.
Ayer hice yo lo mismo mientras meaba. Fue casi un minuto de oír el chorro y sentir la dulce liberación del escroto, de la próstata, de la vejiga.., disfruté como una erección dentro de la pelvis, y me concentré en eso: en gozar.
Había tenido una escalada al cenit del gusto y ahora soy tan inteligente para apurar el goce de ese privilegio con los cinco sentidos; aunque no tenga la épica, la mística, el orgullo contable, de una conquista amorosa. Pero un placer igual de mayúsculo.
Después bajé tranquilamente las escaleras y volví a la oficina donde, con la tranquilidad del reposo y la bajada del ritmo cardíaco y la ecuanimidad que da un buen polvo, encontré las llaves.
Y salí a la calle, quince minutos más tarde, con una sonrisa de bobo encantado que nadie comprendería.
martes, 6 de octubre de 2015
Nuestra esencia es el cambio
Como seres vivos, constantemente cambiamos, la vida nos enseña, maduramos.
Yo, en la adolescencia, era contrario al aborto, ahora no.
Desde que me lo planteé, hasta que tuve 34 años, había decidido no tener hijos.
Ahora lo que más lamento es no haberle dado un hermano o hermanita a mi hija, y otro hijo o hija a mí.
Antes era de izquierdas, después he visto que muchas políticas asistenciales crean parásitos profesionales, y ya no me defino más por una ubicación espacial.
Pienso que el haberme apeado de convicciones que creía perpetuas me hace ser flexible, tolerante, respetuoso. Tengo una máxima cartesiana, es mi única creencia firme, que paso a exponer:
ante la duda, no bombardear.
(y esto lo escribí antes de que los americanos bombardearan el hospital de Médicos sin Fronteras)
Yo creo, en general, que los más dañinos, son los inmóviles, los que se plantan y dicen: esto es así, perfecto; al que lo quiera cambiar, me lo cargo. Ahí están los integristas de todo tipo. Los que se toman demasiado en serio.
Los de los axiomas afilados.
Creo, ya más difusamente, que hay que elegir entre los que a veces cambian y a menudo dudan. Creo que siempre hay que escuchar, e incluso tener la higiene mental de replantearse un poco hasta las cosas que se tienen completamente claras.
Sé que sé muchas cosas firmemente aprendidas, pero creo que hay que tener la humildad de dejar resquicios para aprender. Lo contrario es embrutecerse.
Los brutos son los que embisten sin pensar, aunque no creo que se pueda embestir pensando, el "homo erectus" llegó a ser hombre cuando dejó de atacar con la cabeza y empezó a levantar la vista.
Debemos seguir abiertos a reflexionar y aprender, antes de que la vida nos dé lecciones. Esto siempre es mucho más caro.
Y si la vida cambia, debemos cambiar con ella y no quedarnos clavados, por que un árbol que no crece ni cambia se convierte en un palo.
Yo, en la adolescencia, era contrario al aborto, ahora no.
Desde que me lo planteé, hasta que tuve 34 años, había decidido no tener hijos.
Ahora lo que más lamento es no haberle dado un hermano o hermanita a mi hija, y otro hijo o hija a mí.
Antes era de izquierdas, después he visto que muchas políticas asistenciales crean parásitos profesionales, y ya no me defino más por una ubicación espacial.
Pienso que el haberme apeado de convicciones que creía perpetuas me hace ser flexible, tolerante, respetuoso. Tengo una máxima cartesiana, es mi única creencia firme, que paso a exponer:
ante la duda, no bombardear.
(y esto lo escribí antes de que los americanos bombardearan el hospital de Médicos sin Fronteras)
Yo creo, en general, que los más dañinos, son los inmóviles, los que se plantan y dicen: esto es así, perfecto; al que lo quiera cambiar, me lo cargo. Ahí están los integristas de todo tipo. Los que se toman demasiado en serio.
Los de los axiomas afilados.
Creo, ya más difusamente, que hay que elegir entre los que a veces cambian y a menudo dudan. Creo que siempre hay que escuchar, e incluso tener la higiene mental de replantearse un poco hasta las cosas que se tienen completamente claras.
Sé que sé muchas cosas firmemente aprendidas, pero creo que hay que tener la humildad de dejar resquicios para aprender. Lo contrario es embrutecerse.
Los brutos son los que embisten sin pensar, aunque no creo que se pueda embestir pensando, el "homo erectus" llegó a ser hombre cuando dejó de atacar con la cabeza y empezó a levantar la vista.
Debemos seguir abiertos a reflexionar y aprender, antes de que la vida nos dé lecciones. Esto siempre es mucho más caro.
Y si la vida cambia, debemos cambiar con ella y no quedarnos clavados, por que un árbol que no crece ni cambia se convierte en un palo.
sábado, 3 de octubre de 2015
COSAS QUE VI EN PARÍS (8)
Soy muy poco viajado. Nunca he visto tanta riqueza y ostentación como en París; Los Campos Elíseos, los alrededores de la plaza Vendome: un lujo, unos precios, una exclusividad... que no son de este mundo conocido. Viajar sirve para eso, para aprender que hay otros mundos, y que aquel salario mensual que a uno le puede parecer muy digno, y más que suficiente para comer, vestir, invertir, ahorrar... otras personas pueden gastarlo en un adorno o una noche de hotel, y lo hacen como la cosa más natural del mundo, como si yo me compro una bolsa de pipas.
Resulta insultante, pero mucha gente vive de eso, de servir, de llevar una gorra de plato, de inclinar la cabeza, de lustrar un coche negro para que no se adivine una mísera mota de polvo en su carrocería.
Pasamos delante del hotel The Peninsula, de la Avenida Kleber, a pocos metros del Arco de Triunfo y supimos que no éramos de ese mundo. Yo no tendría, con mis sandalias y mi mochila, valor para intentar entrar. Estoy seguro de que muchas cámaras me escrutarían antes para deducir en segundos que no soy un millonario excéntrico. Vamos, que soy lo que aparento. Alguien se me cruzaría en la puerta, muy educadamente, para decirme algo así como ¿adonde va el señor?, o ¿tiene usted reserva? para muy sigilosamente evidenciarme que ese hotel no es para gente.
A la puerta había muchos coches negros, Mercedes Audi de altísima gama con su chófer esperando solícitos una mínima orden encontramos aparcadas estas extravagancias
Resulta insultante, pero mucha gente vive de eso, de servir, de llevar una gorra de plato, de inclinar la cabeza, de lustrar un coche negro para que no se adivine una mísera mota de polvo en su carrocería.
Pasamos delante del hotel The Peninsula, de la Avenida Kleber, a pocos metros del Arco de Triunfo y supimos que no éramos de ese mundo. Yo no tendría, con mis sandalias y mi mochila, valor para intentar entrar. Estoy seguro de que muchas cámaras me escrutarían antes para deducir en segundos que no soy un millonario excéntrico. Vamos, que soy lo que aparento. Alguien se me cruzaría en la puerta, muy educadamente, para decirme algo así como ¿adonde va el señor?, o ¿tiene usted reserva? para muy sigilosamente evidenciarme que ese hotel no es para gente.
A la puerta había muchos coches negros, Mercedes Audi de altísima gama con su chófer esperando solícitos una mínima orden encontramos aparcadas estas extravagancias
este azul y blanco es un Rolls Royce
La más obscena ostentación viene de los Emiratos Árabes. Entre los anodinas túnicas morunas se atisban impresionantes joyas y viéndolas actuar, comprar todo lo que les apetece como si la tarjeta de crédito fuera un río, con frecuencia estas señoras tienen mucamos que cargan los paquetes. No me atreví a fotografiarlas no fuera a ser que el mucamo se transformara en matón. y me aplastara la cámara.
miércoles, 30 de septiembre de 2015
MÁS SOBRE LOS MOTORES MENTIROSOS
(Lo siento por
los pobres sirios, atrapados en un éxodo cada día más incierto y frío, pero en
estos días el peso de la noticia -la solidaridad de la opinión publicada y
pública- se va con los empleos directos
e indirectos de la
Wolkswagen , tan amenazados, el batacazo en la bolsa y los
temores de daños de esta crisis en la
economía alemana y europea)
No dejo de
sorprenderme que personas tan cualificadas como los directivos de la mayor
empresa automovilística del mundo puedan pensar que un engaño a escala
industrial como el que se ha realizado pudiera resultar tanto tiempo. Recuerdo
aquella película de Billy Wilder “Se puede engañar a pocas personas por mucho
tiempo, también se puede engañar a todo el mundo alguna vez, pero no se puede
engañar a todos por mucho tiempo”.
(estoy por
pensar que alguien lo habrá descubierto y puede que estuvieran chantajeando a
la empresa hasta que haya sido insoportable)
Queda muy
claro que también estamos en manos de gente que no vela por nuestra salud. Que
lo fían todo a las máquinas, (que se fían de la fiablilidad alemana -aunque lo
más famoso que hicieron los alemanes en el siglo XX fue envenenar a un montón
de gente con gases-, lo siento por el chiste fácil, pero han empezado el siglo XXI
con el mismo propósito)
-Sí, porque
se trata de un delito contra la humanidad doloso, es decir, realizado
conociendo y queriendo el resultado. No es exactamente igual: Hitler deseaba
matar judíos y los de la
Wolkswagen creemos que sólo deseaban pasar la prueba con
buena nota engañando al examinador. Pero ambos sabían que hacían malas cosas
con gases perjudiciales para la salud.
Y el
examinador, ¿quién compra, quién fabrica las máquinas que han sido engañadas?.
Yo pago aproximadamente 50€ por una revisión (de momento bianual, cuando
el coche se me haga más viejo será anual) Parte de lo que yo pago, de lo
que el estado me obliga a pagar, era para que midieran las emisiones y velar
por la salud de todos. El vigilante directo, Inspección Técnica de Vehículos y
el vigilante supervisor, Ministerios de Industria, Sanidad y Medio Ambiente, también me han
defraudado.
Yo tengo la
suerte de vivir en un pueblo con poca actividad económica y además rodeado de
árboles. Si alguien de mi pequeña familia padece una enfermedad respiratoria lo
más probable es que no debamos atribuirla al exceso que se ha originado con
esta mezcla de dolo y negligencias. Pero cuánta gente de ciudades, con garajes
repletos de motores WW, se preguntará ¿por qué mi hijo me ha salido asmático?,
¿por qué tiene tantas alergias? ¿por que murió tan pronto mi padre si había
dejado de fumar hace más de 20 años?
Esta
estafa, como responsabilidad civil, es impagable, -si algo justifica el hablar
de salud pública es la respirabilidad del aire que, junto con la visión de las
nubes y las puestas de sol, es el único bien público gratuito que queda ya-.
Las indemnizaciones que Wolkswagen debe a la humanidad, por haberse concentrado
en engañar y no en reducir las emisiones nocivas tendrían que ser colosales y
tan ejemplares que hundieran a esta empresa multinacional. (1)
Aunque
quizá el estímulo de su falsas buenas notas –yo siempre quiero pensar en los
aspectos positivos de la vida- haya conseguido que otros fabricantes se hayan
esmerado y hayan conseguido mayor rendimiento con menores emisiones (en la
carrera dopada más famosa del mundo los 100 metros libres de
Seul, el dopado Ben Jonson batió el récord mundial apabullando a Carl Lewis,
pero Carl Lewis también batió el récord mundial limpiamente con el estímulo de
querer seguir al tramposo).
QUEDA UN
DETALLE PARA REFLEXIONAR. Siempre hay fariseos, y muchísimos irresponsables, (a
mí siempre me parece que siempre debo incidir en democratizar la culpa porque
lo cómodo es -y lo que prefiere la gente es identificar al más malo -cortamos su cabeza y ya se
arregla todo).
En el mundo
hay millones de conductores de Wolkswagen que hoy saben fehacientemente, (y
alguno se habrá rasgado las vestiduras ante el escándalo) que emiten cuatro
veces más partículas contaminantes que antes. ¿Cuántos, sabiendo el mal que
hacen a la humanidad, han restringido al mínimo el uso de su coche? Españoles,
que son los que yo conozco, pocos, muy pocos, estoy seguro.
Los
responsables son los directivos de la multinacional automovilística, los que
nos han estado matando. Pero ahora, los ciudadanos ya somos conscientes y, por
tanto, responsables de todas las muertes innecesarias que se originen a partir
de ahora por el uso de esos coches.
Vuelvo a
insistir en que es una buena noticia que se haya destapado este escándalo; el
escarmiento será para Volkswagen y, en cabeza ajena, para muchas personas y
empresas más, que se cuidarán de plantearse algo parecido en el futuro. Pero, aunque a los peatones nos va a dar
igual quien nos envenene de más, los conductores, que siguen usando y a veces
abusando de su motor, deberían tomar nota y abstenerse todo lo que puedan. Pero
seguro que nadie me hace caso.
(1) no
deseo esto y no sucederá. Estoy persuadido de que los gobiernos europeos levantarán
la mano lo que sea necesario por no hundir la economía.
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