miércoles, 30 de diciembre de 2015

Lo que va de seis a dieciséis

Por mi experiencia doy en pensar que las décadas van de esa manera. El uno de enero de 1976 mandaba en España el franquista Carlos Arias Navarro y nadie podía suponer que el uno de enero de 1986 mandara un socialista que además hubiera hecho campaña -y ganado- para permanecer en la OTAN. Creo que el uno de enero del 1996 ya no quedaba ni el Tato en el Pacto de Varsovia y en España estaban a punto de regresar democráticamente las derechas.

Voy a centrarme en la última década, que es la que celebraremos. Hace diez años quien tenía tres casas, o mejor dos casas y un terrenito susceptible de ser urbanizado, tenía un tesoro. En España se construía tanto como en Alemania, Francia, Gran Bretaña e Italia juntas. Los profesionales de la construcción, albañiles, ferrallistas, gruístas, soladores... eran los plutócratas de cada familia y te daban la cena de navidad contando que ellos se levantaban tantos o cuantos miles de euros al mes.
Los presidentes de los equipos de fútbol tenían inmobiliarias.
Hoy la gente quiere una sola casa para vivir y ninguna para especular. Algunos piden que el solar urbanizable vuelva a ser terreno rústico para pagar menos impuestos municipales. Los profesionales de la construcción se pelean por cualquier chapuza o reforma, hay cementerios de grúas que se ofrecen al peso y las cementeras están en almoneda.
La eficiencia ecológica alemana resultó ser una trampa. Pocos presumen ya de tener un coche diesel.
El Papa y el rey de España abdicaron. Fidel Castro se retiró y su hermano ya se ha saludado con el presidente de Estados Unidos.

Y los occidentales ya no pedimos democracia para los países árabes, porque nos da justificado miedo que arrasen los integristas en las urnas. Son el miedo más gordo que hay, porque lo del cambio climático sigue sin importar lo que vale, a la gente.
Seamos felices. Os emplazo para dentro de diez años.

No hay comentarios:

Publicar un comentario