martes, 7 de junio de 2016

¿Asfixiando musas?

La primera prueba de una inteligencia ordenada, en mi opinión, es poder detenerse y demorar consigo misma
Esta opinión es de Séneca -y mía-.


Si hay algo imprescindible para hacer música es el silencio. El saber humano progresó porque había vacíos en la diversión. Newton no estaba en un baile, ni charlando, cuando concibió sus teorías, Cervantes comenzó el Quijote en la soledad de la celda de una cárcel donde toda incomodidad tiene su asiento. Para cualquier acto creativo es necesario construir un nido en un lugar tranquilo y apartado, con tiempo y paciencia para armarlo, y soledad para desovar y después empollar.
A lo largo de la historia quisimos ávidamente aprender porque no se nos daba casi todo sabido. Hoy podemos pulsar el teclado o el ratón y  enterarnos de lo que queramos, abrir nuestro correo de novedades, consultar la última noticia, excitar una conversación, buscar cualquier juego, solucionar cualquier duda, hasta animarnos con cualquier cuerpo de actriz. Casi todo lo que se hizo puede salir por esta pantalla.


Tenemos barra libre con todo el entretenimiento que podamos querer.

Para hacer algo propio necesitamos aislarnos, alejarnos del mundanal ruido, volver a explorar las senda de los pocos sabios que han sido.  (No voy a molestarme en buscar en Internet la poesía de Fray Luis de León, conformaos con mi memoria. Sé que me distraería si entro por allí.)

Me inquieta lo común que veo a mi alrededor, no solo en mi hija y en la gente de su edad. Mi hija me asusta: necesita estar conectada, cuando come o cena no solo exige Internet, suele tener la televisión puesta. Por las tardes estudia con el telefonillo y la radio. Es una edad difícil.
.........................

¿Cabe así que las musas aparezcan? Si trataran de hacerlo no tienen qué respirar.

Lo peor ya es el móvil, sus pompas y vanidades infinitas. Y temo que no es una moda pasajera; y si esto es pasajero, es porque otro vendrá, más completo, más adictivo, que bueno le hará.

La creatividad se atasca. Estamos listos: ¿puede acaso el silencio convencer al ruido?

No hay comentarios:

Publicar un comentario