viernes, 1 de julio de 2016

La pared y la espada.

¿Qué hacer con los británicos ahora? El 51 y pico por ciento nos han dicho que nos da la espalda, que se marchan de nuestros sitios comunes, de nuestra solidaridad, de nuestra fiesta. Creo que, por lo menos, hasta el siglo XXII esta marcha es irreversible.

Ahora ¿qué hacemos?, ¿desmontamos rápidamente todo y les ponemos de patitas en la calle para que se enteren bien de que nos han desairado? o somos magnánimos, cariñosos y reconstrucitvos, teniendo en cuenta a ese 48 y pico por ciento que nos querían, y  nos portamos mejor con ellos que ellos con nosotros.

La verdad es que tienta el considerarlos a todos como esos ingleses desdeñosos, que ya empiezan a acosar a sus inmigrantes, en una escuela española de un barrio rico de Londres han aparecido pintadas llamándoles "manada de extranjeros".
Las venganzas y contravenganzas terminaron tradicionalmente en guerras. Mejor no empezarlas porque los "comunitarios" hasta podríamos aprovechar para dar un escarmiento apuntándonos a abonar el secesionismo de Escocia, para que se todos los que juegan a estas cosas se enteren de lo que vale un peine, y aprendan con una amputación o desestabilización nacional.
Pero eso es un juego peligroso, en fútbol hay una figura así que no permite levantar la pierna por encima de cierta altura. Y mi madre dice que "un mal no remedia a otro"

Tenemos mucho que perder y algo que recuperar como naciones europeas comunitarias: ahora estaremos más unidos al paso de Alemania y Francia, al núcleo duro, político y económico.  Celebrémoslo, eso puede ser hasta positivo.

El Brexit lo han ganado los nacionalistas, muchos maleducados,  incultos, brutos, desdeñosos, altivos. Pero si obramos con orgullo y vamos a degüello contra todos los británicos, lo pagará caro mucha gente nuestra y suya. Espero que la razón y la humanidad gobiernen en las mentes de los gobernantes y de los gobernados.

Creo en el divorcio, un divorcio legal, lo más rápido posible, pero civilizado. Es muy malo que a una panda de hooligans se le ponga enfrente otra panda de hooligans, pero lo peor es que los gobernantes empezaran a actuar como hooligans.
Así que firmeza y templanza.

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