martes, 24 de enero de 2017

Dentro de pocos días saldrá un nuevo Sabina

Mi hija le adora, se sabe todas sus letras, con frecuencia las cita y nos amonesta por no saber de qué está hablando o qué viene después en la canción. Yo necesito más de cuatro años para embeberme como ella lo ha hecho en este tiempo; y, bueno, me falta el entusiasmo y la devoción. Hasta la memoria me falta ya.

Hay mucha gente como mi hija. Creo que los devotos y los simples admiradores coincidimos en que su mejor disco es "19 días y 500 noches". Ahí alcanzó el bardo ubetense la madurez de voz, su depuración de estilo musical, con más ritmos castizos y menos roqueros, y profundizó en esa misma chispa suya de siempre que consiste en descoyuntar artísticamente los tópicos construyendo esas imágenes poderosas que han devenido en clásicos.

Pero ahora quiero pensar como sería si yo fuera Sabina y tuviera, como él tiene, una obra a punto de salir. Una obra que no va a dejar indiferente a nadie porque todos la esperan. Lo más normal es que decepcione, porque se repita, o porque cambie, porque su voz haya perdido el empuje, el pellizco o porque artificiosamente se lo mantengan.

¿Cómo se dormirá la última noche antes de que salga?
Habrá quien le mienta una buena crítica por respeto, y habrá también quien le esté esperando para machacarle; estos seguramente están la caverna de los medios de derechas aunque puede haber envidiosos y gente que le tenga una cuenta pendiente.
Esto Joaquín  Sabina lo sabe y sin embargo, y a pesar de ser multimillonario, se  lanza, se juega su prestigio, que también puede decepcionar al nuevo público que tendría que conquistar. Ha de tener mucha confianza en sí mismo o mucha sed de dinero, porque -eso sí es seguro- lo va a ganar. Su público es mayor y con poder adquisitivo, así que casi todos van a comprar el clásico, quizá por decir "yo soy contemporáneo del genio" máxime cuando es tan esperado. Y la superventa va a pasar inmediatamente en España, en Méjico, en Argentina, en Miami...
Yo espero que en pocos días  la gente vaya sacando las canciones de oído y se lance a cantarlas por YouTube. Se admiten apuestas, voy a decir que antes de dos días ya habrá alguien que habrá descifrado los acordes y la letra y  se habrá lanzado a imitar públicamente al mito hasta poderlo grabar. El primero que saque una versión tendrá muchas visitas, y el segundo y el tercero y los inmediatamente siguientes. Luego ya la gente tendrá que hacerlo muy bien o aportar algo diferente en su vídeo porque habrá tantos que ya será imposible verlos.
Si yo fuera Sabina también esperaría que, en poco tiempo, algún político o alguien en un medio de comunicación citara algún verso de los que van a salir.
Hay decenas de cantautores muy buenos, con mucha preparación musical y literaria. Todos admiran a Sabina. Alguno puede que hasta esté haciendo mejores letras.
Pero millones de personas nos vamos a aprender las del nuevo disco y no las de los otros. No imagino mayor acontecimiento en toda españatinoamérica.
Es una sensación descomunal.

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