jueves, 27 de abril de 2017

UNA CASCADA DE FILOSOFÍA

La vida es sueño.Tengo el libro desde hace más de treinta y cinco años, pero no es lo mismo leerlo que escucharlo; sobre todo, si se lo dicen a uno unos artistas con su hermosa voz, con su estudiada dicción, con pericia y dedicación para encontrar el sentido.
Creo que una obra maestra en la literatura siempre debe tener una múltiple interpretación. Así, además, introduce en el receptor la semilla de la duda, una duda fecunda que uno debe recrear. O sea, que  si nos molestamos en digerirla, recrece dentro de nosotros.
Es una obra profundamente moral: una de las ideas que predica es que hay que ser bueno incluso en sueños, y si la vida es sueño también, -aunque sea una vida corta, de juguete, comparada con la vida eterna, la vida real a la que despertaremos un día según creen los creyentes-.
Voy a ser práctico -y vago- y copiaré aquí los temas que enuncia el programa de mano:
¿Quién es dueño de sus sueños? ¿Quién elige su destino?
¿Puede un hombre decidir, a su albedrío, el camino?
¿Es deseo o es razón, lo que nos guía y orienta?
¿Es amor o es ambición, lo que a nuestro ser alienta?
¿Qué nos distingue de la bestia que encarna nuestras pasiones? ¿Cómo la gobernamos? ¿Es la razón una represión que nos permite vivir en sociedad? ¿Puede un ser abandonado a su propio raciocinio no engendrar el monstruo? ¿Hay algo más contemporáneo que un hombre que se cuestiona la injusticia que le oprime, la libertad a la que aspira, la belleza a la que desea pertenecer?
Es una obra que va contra la idea de la predestinación, defiende la libertad absoluta, la responsabilidad del Concilio de Trento.
Calderón hace volar el pensamiento todo lo alto y extenso que se puede viviendo en la España que vive y siendo, por voluntad o conveniencia, clérigo. Lo hace con un lenguaje hermosísimo y con hábiles tramas.
La versión que presenciamos el pasado domingo en los teatros del Canal de Madrid,  que estará allí hasta el 14 de mayo,  fue realizada por una compañía valenciana llamada Moma Teatro, muy entregada a su misión de poner en pie a Calderón. Aunque nos hurtaron dos personajes, yo no los eché de menos, salí muy bien pagado, del tiempo, del dinero y del viaje, porque fuimos a Madrid con esa intención principal. El montaje era sobrio y de mucha calidad y los actores veneraron el texto como se merecía. Id a verla y saldréis calados de puro Calderón.

lunes, 17 de abril de 2017

Un libro muy importante.


Llevaba tiempo rehuyéndolo, a pesar de ser yo un firme devoto de Juan José Millás, pero es que me parecía un tema manido, como de prensa escandalosa, de programas de colmillo de carnaza. Impropio del artista (-allá él- sería una obra de encargo hecha para rebañar dinero de la notoriedad que adquirió, y de mí como lector). Ayer por fin se lo compré a mi querido librero de segunda mano solidario, más que nada por completar un billete de 10 euros y no pedir un euro de vuelta y además por engrosar la devota decena larga de libros de aquel autor que honran mi biblioteca.

Cuán equivocado estaba, por mí y por su escritor, que no ha podido ser más apasionado y sincero en esta gran obra. Esta mañana examinando los libros comprados ayer lo tomé de las manos y me atrapó. Lo devoré: 219 hojas en tres horas en las que todo lo que me distraía y perturbaba, unos comentarios de mi hija, la radio, la música... me ponían violento porque he estado completamente subyugado hasta terminarlo.
Solo me pasó una vez en mi vida, con "Crónica de una muerte anunciada" de García Márquez.

Curioso, también sabía el final de la historia al comenzarlo. Incluso tenía yo la historia como sabida y prejuiciada. Creo que parte de mi irascibilidad por que no se me molestara en la lectura (siempre pasa) viene de mi complejo de culpa, porque yo "también" pensé que lo de esta chica rica, del PP, algo "trepa", pija, a quien regalan un importante puesto de concejala con un sueldo de unos 1800 euros, con su acosador y carismático alcalde, no me concernía humanamente.
"Allá ellos".
El ir comprobando, tras la lectura, lo injusto que he sido por haber dado, y querido siguiendo dar la espalda, a este relato estremecedor, me ha ido involucrando más hondamente en la vida de esta pobre mujer, digna de toda compasión, -aunque ha necesitado de un artista admirado por mí para que me fuera permeable-.
La generosidad de Nevenka Fernández al denunciar el abuso y saltar a las primeras planas nacionales, aún a costa de inmolarse por salir decentemente de la situación, pero también por servir de ejemplo y aviso, me la hace digna de toda alabanza y hasta de atribuirle una especie de santidad civil.
Al libro de toda recomendación porque ilustra sobre un peligro sobre el que todos, especialmente los jóvenes, deberíamos estar alerta.
El tema básicamente es que en el mundo hay depredadores sexuales que son capaces de tejer celadas para hacer caer y que sean devoradas víctimas. Uno que tiene una hija de 16 años, muy buena y entusiasta, se espanta de estas trampas.
Creed en Millás, creed en mí: leedlo.

miércoles, 12 de abril de 2017

Músculo de encajar.

Uno como yo, que hace cosas para el público, tiene que tener el plexo solar acolchado. Siempre te aparecerá alguien con el que no cuentas, que te hará un feo, una crítica destructiva, una amenaza...
Y normalmente la cosa va por la irracionalidad. No sirve de nada que uno tenga argumentos de sobra para ganar, incluso si gana. La crítica le traerá culpabilidad y le atenazará, hasta que vuelvan a nacer las flores de la espontaneidad.
Yo últimamente solo me dedico a las críticas buenas; me gusta echar flores, porque, además, algunas veces te devuelven flores. No me gusta tener enemigos, ni hacer sufrir. Lo que no me gusta mucho no lo critico.

Sí, a veces critico a los políticos, eso es diferente, tienen poder y es un poder que alcanza mucho. Un político tiene que tener más que un músculo de encajar, una coraza, o la cara más dura que el hormigón armado. No niego que, a veces, quieran hacer y hagan las cosas con la mejor voluntad. Y han de sufrir, no lo dudo, trato de entenderlos, de ponerme en sus esquemas de pensamiento. Pero entiendo que les va en el sueldo de coacción que tienen, hacen leyes, decretos, ordenan... nos obligan.

Sin embargo un artista solo ofrece su alma. Un amigo mío dice que no publicaría porque escribiendo uno se desnuda el alma, y que él no es tan generoso para mostrar su desnudez.
Un artista, aunque solo sea un pretencioso del montón como soy yo, se muestra con buena voluntad, ingenuamente, y espera que los demás se la entiendan: se la aplaudan, les conmueva, la hagan suya.
Cuando recibe una coz, que pasa hasta en ámbitos de difusión tan ínfimos como el mío, se duele, le corta la respiración. Por eso es bueno tener un músculo de encajar.
A mí me funcionó hoy escribiendo este artículo.

jueves, 6 de abril de 2017

PARANOIAS, CONSPIRACIONES, CONSPIRANOICISMO EN GENERAL

Hoy es el aceite de palma, en España al menos, lo que está en el disparadero. Desconozco la causa, ¿de repente quizá murió un montón de gente con una mezcla de cáncer y colesterol? No me he enterado. La verdad es que es un pseudo tema de conversación o un tema de conversación preprogramado, porque de eso podrían saber los médicos epidemiólogos, gentes que hagan estadísticas sobre la salud, químicos que analicen en laboratorios esos alimentos elaborados y pocas personas más. Pero estos días te encuentras un montón de españoles con esa "especialidad" científica, que te aseguran que aquello es peligrosísimo.
A finales de los 70 sucedió en España un envenenamiento masivo producido por aceite de engrasar, que unos estafadores destinaron al consumo humano; eso sí era/fue para alarmarse:. La colza.
Pocos años después sucedió en Europa lo de las vacas locas. Ahí ya no vi nada, se mataron vacas que había en el mercado, (muchas lecheras que parece que sobraban, por cierto) pero no sé de nadie que muriera, ni siquiera que enfermara  de eso. De vez en cuando aparece el fantasma del clembuterol para engordar ganado vacuno. Las dioxinas en los pollos. El salmón, la panga, la caballa: todo tiene pesticidas y mercurio. El anixaquis.  El aceite de orujo de oliva....
Hace un año eran todas las carnes de mamíferos, las frescas,  y (sobre todo) las procesadas. Todo en un momento dado produce fariseos alimentarios que se rasgan estrepitosamente las vestiduras a una orden dada.  ¿A quién se le ocurre comer eso? ¡Qué guarrería!
¿De dónde parte la consigna?
Yo no soy conspiranóico pero estoy seguro de que es la competencia. De esos grupos que se dedican a la especulación, a la compra de futuros, que urden sus hilos con transacciones opacas que desembocan en paraísos fiscales. Pero sin que muchas veces se mueva un producto; ganan mucho o pierden un poco. Y todos los demás hacemos de "machacas", de mamporreros, de voceros o de tontos útiles. Me imagino a esta gente leyendo periódicos y artículos pagados y luego los sin pagar, de espontáneos que de repente son más papistas que el papa.
Yo creo que sí, que algo hay, en todo, pero no es para tanto, la gente no cae como moscas como cuando la colza" . Que nos envenenan y nos envenenamos todos, por comodidad, por interés y por conveniencia.
Pero a diferencia de los vocingleros, yo me compré un huerto, lo sabéis los que me seguís.http://guerracivilenlas5villasdeavila.blogspot.com.es/2014/07/esplendor-en-la-mi-huerta.HTML Aunque tengo que confesar que, a veces, frío el pisto con aceite de girasol, (también hubo una crisis hace un lustro o una década) y aderezo mis ensaladas con vinagre de vino tinto, que contiene sulfitos. Pero con la materia prima de mi huerto garantizo un 10% mi seguridad alimentaria, porque no uso fertilizantes, ni pesticidas. Como tengo terreno de sobra practico la rotación de cultivos: cavo todo el huerto pero siembro solo la mitad, cada año. Aunque el invierno de hace dos años, harto de sugerencias sobre el aspecto de mis árboles, rocié el tronco de algunos con un fungicida compuesto de sulfato de cobre ecológico, (o eso me he creído).

Vuelvo al tema, que me pierdo: hace como mes y medio se satanizó a la panga. Un pez barato y sin espinas que se cultiva en piscifactorías fluviales de Vietnam. Los comedores escolares aseguraron que hace años que no lo usan. Inmediatamente la cadena Carrefour anunció que dejaría de vender esa guarrería. Claro, tras este meneo quien tuviera un stock de panga lo habrá tenido que liquidar de mala manera, o llevárselo a otros mercados más pobres; perder dinero, en cualquier caso. El pasado lunes una anciana en el supermercado DIA me pidió que le leyera si el pescado congelado que compraba era el de la oferta efectivamente, era panga; así se lo dije. La palabra no la asustó y lo echó en su cesta. Estoy convencido que la cadena DIA y otras tenía adquirido o tiene conexiones con las empresas de distribución de la panga, por eso no se rasgó las vestiduras hace dos meses: tenían que seguir vendiéndolo. Pero, ya lo sabemos, hasta que se vaya la humareda de los comentarios, les va a costar.
Me llama la atención que ahora con la crisis del aceite de palma no ha sido la cadena Carrefour la que se ha rasgado las vestiduras, ahora no lo hace por la salud de sus clientes. Esta vez ha sido la cadena Alcampo la que ha anunciado que ya no venderá  con su marca esa guarrería. Carrefour ahora calla, luego seguirá vendiéndola.
¿Y si toda esta crisis no es más que una venganza de una cadena? que ha dicho:
-Como Carrefour me ha fastidiado mucho la decisión drástica  con el panga, pues se va a enterar.
-Vamos a ver dónde le duele..., ah tiene fábricas que hacen esto, ha apostado por esto otro. Toma: contrato un estudio y lo dejo encima de la mesa ya se encargarán los tontos útiles de arremeter.

Hoy todo el mundo mira por ejemplo en sus galletas si tienen aceite de palma. Resulta que antes mucha de la repostería se hacía con grasa animal, pero eso era una guarrería, entonces se buscaron grasas vegetales y parece que se decidió apostar por esto que es lo más rentable, aunque sea a base de deforestar Malasia y Borneo.
Ahora las empresas que trafican con esto habrán bajado en bolsa, pero en la siguiente crisis de confianza alimentaria se recuperarán, porque la mayoría de gente habrá olvidado lo pernicioso que "es" este elemento. Seguro que hay encargado otro estudio contra otro alimento para que nos olvidemos del aceite de palma. Con una nuevo escándalo se olvida mejor el anterior.

Sugiero un escándalo sobre la sal. El abuso es malísimo, estoy seguro.

Lo que las autoridades públicas no nos evitan es que nos toreen con estos sobresaltos, que seguro que son también muy malos para la salud cardiovascular.